China regala comidas, entradas y vales del súper para conseguir que la gente se vacune

China tiene vacunas propias de la Covid y las ha exportado a varios países del mundo, sin embargo, no ha convencido a los chinos para que se las pongan. La desconfianza se suma al hecho de que hay muchos pocos contagios.

El gobierno quiere animar la vacunación porque, en una población de 1.400 millones, sólo están protegidos poco más de 80 millones. Y para conseguirlo, ha recurrido a la idea de acompañar la vacuna de obsequios. Como reclamo se ofrece una comida tradicional de paloma asada, dos kilos y medio huevos, aceite, yogures, detergente, vals para comprar en el súper, entradas de cine o para los parques.

Además, en Pekín, las comunidades de vecinos están marcadas con un semáforo según el porcentaje de vacunados entre las personas que viven allí. En los lugares con más del 80% de vacunados, el cartel es verde. Si es inferior al 40%, es rojo. Y si sitúa entre el 40 y el 80%, es naranja.

Mientras se espera que a finales de mes la OMS se pronuncie sobre las vacunas chinas, nunca presentadas en la UE para su homologación, un alto responsable de la sanidad china afirmó días atrás que no tienen una gran eficacia. Ensayos hechos en el Brasil con la vacuna CoronaVac, fabricada por Sinovac, mostraban una eficacia del 50,4%, si bien al principio habían afirmado que era del 78%. Así, superaba por|para poco el mínimo exigido por la OMS, que es el 50%. De hecho, China dice que podría tener a punto a final de año una vacuna con la tecnología mARN, como las de Pfizer o Moderna, de mucha más eficacia.