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Las excusas más extrañas a la policía para esquivar las restricciones

Los mossos desplegados por toda Catalunya se han encontrado con todo tipo de explicaciones, argumentos y excusas inverosímiles

Imagen de archivo de un control de los Mossos

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Con el objetivo de contener la pandemia de la Covid-19 declarada en marzo del año pasado, las restricciones en materia de salud pública han ido cambiando, como también lo han hecho los numerosos controles que los mossos d'esquadra han tenido que realizar. La movilidad y la libertad de circulación se han visto a menudo afectadas, especialmente durante las noches. Este hecho ha comportado que los agentes hayan escuchado todo tipo de argumentos y explicaciones de ciudadanos peculiares.

Situaciones y explicaciones de todo tipo

Según han explicado los Mossos d'Esquadra, en Vic (Osona) se produjeron dos situaciones donde las excusas para poder moverse eran bastante inverosímiles, como es el caso de una persona que quería comprobar expresamente que es lo que pasaba si no seguía las restricciones y ver si sería sancionada, así que decidió no seguir los protocolos del confinamiento, básicamente para ver si era denunciada. O una mujer que necesitaba dar vueltas nocturnas con el coche para conseguir dormir a su bebé.

También un vecino de Castellgalí, en el Bages, explicaba a los agentes que tenía que ir a Manresa obligatoriamente, para cambiar la pila de su reloj, ya que era el único en el cual confiaba para no desorientarse.

Los agentes desplegados en las diferentes vías de circulación durante el periodo de marzo del año pasado se han encontrado con situaciones que eran poco previsibles, como la recurrente explicación de algunos ciudadanos que explicaban que tenían que ir a poner una vela o hacer una promesa al monasterio de Montserrat.

La muerte de Diego Armando Maradona también fue el pretexto de un hombre al cual se denunció cuándo volvía a su domicilio desde el Arco del Triunfo de Barcelona. Llorar por su ídolo no justificaba el largo desplazamiento sin mascarilla. La gran capital atrajo visitantes de otros municipios sin causa justificada, como es el caso de un hombre que alegó que en su pueblo no había centros comerciales.

El periodo de confinamiento y restricciones se puede describir como una etapa dura en muchos sentidos, como es el caso de un barcelonés que se excusaba del confinamiento explicando que había concertado un encuentro sexual a través de una aplicación de contactos y daba a entender a los agentes que él tenía derecho después de tanto tiempo sin relaciones. Una también de las excusas más recurrentes que escucharon a los mossos, de ciudadanos de Barcelona, era que necesitaban huir de casa porque su pareja era insoportable o estaba histérica.

Las sorprendentes excusas fueron en aumento con otros hechos de difícil justificación con respecto a la ruptura del confinamiento comarcal o al incumplimiento del toque de queda. Entre ellos, destaca el de un hombre que se había dejado la báscula e su puesto de trabajo en Barberà del Vallès y al estar parado en un control en la Meridiana explicó que le hacía mucha falta porque hacía dos semanas que no se había pesado.

Pero la incredulidad de los mossos iba a más con excusas como la necesidad de ir a comprar un pastel o salir sólo para estirar un poco las piernas después de comprobar que la persona se encontraba a kilómetros de casa suya. También es destacable el caso de una señora de avanzada edad en Tarragona que lo justificó para poder ir de vientre con normalidad. Venir de misa, ir a comprar un robot de cocina o hacer una escapada nocturna por poder estrenar una máscara de gas de estilo militar, fueron otros de los hechos que vivieron allí los agentes.

Algunas situaciones podían merecer un voto de confianza, mientras que otros acaban en denuncia, como es el caso de ir toda una familia desde Gandesa a un ginecólogo ubicado a más de 200 kilómetros de distancia, o desplazarse desde Lleida hasta l'Hospitalet de l'Infant para llevar una chaqueta al hijo para una entrevista de trabajo.

El caso de un supuesto dentista que se desplazaba entre Verges y Torroella de Montgrí también acabó en denuncia. Aunque alegó que transportaba tela para la confección de mascarillas, los agentes comprobamos que venía de buscar espárragos. También intentó tener más suerte un vecino de Salt, en el Gironès, que venía de Sant Feliu de Guíxols con la excusa que hacía las comidas en casa de su hermano dado que no sabía cocinar. Aunque intentó convencer a los agentes de que se quedaría a vivir en aquel domicilio y así evitar estos desplazamientos, el hombre dijo que volvía a casa para buscar una almohada para el dolor de espalda.

En definitiva, los mossos desplegados por toda Catalunya han vivido y se han encontrado con todo tipo de situación, explicación y argumento que quedarán siempre en la memoria de los agentes durante mucho tiempo.

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