Ya han entrado en vigor los nuevos límites de velocidad en pueblos y ciudades
Los 50 km/h sólo se mantienen en las vías de dos carriles o más por sentido
Imagen de archivo de una señal que limita la velocidad a 30 km/h en la avenida del Canal de Mollerussa.
Los nuevos límites de velocidad para vías urbanas y travesías entraron en vigor ayer martes 11 de mayo. El límite de velocidad en vías urbanas será de 20 km/h cuando haya un único carril sin acera, de 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación y de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido.
El límite genérico para las travesías (vías de acceso a los municipios o que en algunos casos las creen|cruzan) queda fijado en 50 km/h. También establece que estas velocidades genéricas podrán ser rebajadas previa señalización específica por la autoridad municipal y de acuerdo con el titular de la vía, si procede.
El principal objetivo de esta medida, que se aplica todos los municipios del Estado (independientemente de la población), es la reducción de la siniestralidad vial, especialmente en los colectivos vulnerables, dado que los últimos años se ha reducido el número de accidentes a las carreteras, pero no ha sido así en las vías urbanas, donde en los accidentes se ven implicadas en muchos casos personas vulnerables (peatones, motocicletas, bicicletas...) y por lo tanto las consecuencias de un accidente son más graves a una velocidad alta o moderada.
"Cada vez tenemos más actores y se produce una interacción en las calles de nuestras ciudades. Esta interacción y con todos estos actores no es posible garantizar la seguridad a velocidades superiores a 30 kilómetros por hora", señala el director de la Direcció General de Trànsit, Pere Navarro.
Trànsit alega que los muertos en accidentes de tráfico crecieron un 6% en el interior de las ciudades en el 2019, mientras que en las vías interurbanas disminuyeron en la misma proporción. Además, el 82% de los muertos en ciudad aquel año fueron usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas.
La DGT remarca que el riesgo de morir por un atropello cae un 80% cuando se reduce el límite de velocidad. Si se recibe el impacto de un vehículo que va a 30 por hora, el riesgo es de un 10%. En cambio, sube al 90% si el vehículo va a 50 km/h.
