POBREZA MENSTRUAL
Dos de cada diez mujeres han tenido dificultades económicas para comprar productos para la menstruación
Dos de cada diez mujeres han tenido dificultades económicas para comprar productos para la menstruación, según indica el estudio 'Equidad y Salud Menstrual', que lleva a cabo la Fundación Institut Universitari para la investigación en Atención Primaria de Salud Jordi Gol y Gurina (IDIAPJGol).
Se trata de un estudio financiado por la Sociedad Europea de Contracepción y Salud Reproductiva que tiene como objetivo estudiar la inequitat menstrual, con factores educativos, sanitarios, políticos, económicos y socioculturales, y las características de la salud menstrual de las mujeres en el estado español. Hasta ahora han participado un total de 1.892 mujeres que menstrúan, de entre 18 y 55 años, y la encuesta continúa abierta.
El 12,6% de las encuestadas no sabía qué era la menstruación y el 47% tenía información parcial antes de la menarquia (primera menstruación).
El 48,7% declara que no se sentían preparadas para la menstruación cuando la tuvieron por primera vez. Los primeros aprendizajes sobre la menstruación fueron por parte de la familia en el 69,5% de los casos; en los centros educativos en el 40,4% y a través de amistades en el 35,5%.
El 41,5% de las participantes se ha sentido en algún momento discriminada o juzgado para tener la menstruación. Aunque les gustaría acceder a servicios de salud menstrual, el 20% de las participantes no ha consultado profesionales sanitarias u otros sobre la menstruación.
El 15,8% ha consultado medicina alternativa o complementaria. Según las responsables del estudio, este dato puede ser un indicativo que las instituciones sanitarias no acaban de dar respuesta a las demandas y necesidades de las usuarias en las consultas sobre el ciclo menstrual y la menstruación.
Con respecto al dolor menstrual, el 7,9% considera 'normal' que la menstruación vaya acompañada de dolor intenso, mientras que el 3,8% cree que no es necesario consultar a un profesional de salud por los dolores menstruales.
Las investigadoras advierten que estos datos muestran una normalización del sufrimiento y de otras alteraciones menstruales, que son una barrera para detectar problemas de salud como la endometriosis. Las participantes reportan utilizar diferentes productos para la menstruación.
El 74,6% de las encuestadas utiliza productos menstruales no reutilizables (compresas y tampones de un solo uso), mientras que el 58,8% utiliza productos reutilizables (copa menstrual, compresas de tela, braguitas menstruales).
El 11,6% de las participantes utiliza papel higiénico y el 4,3% pañales como productos menstruales. El 4,6% practica el sangrado libre. A los responsables del estudio, les llama la atención el porcentaje de participantes que utiliza productos no diseñados para la gestión menstrual (papel higiénico y pañales).
Este uso podría ser una de las consecuencias de la falta de accesibilidad en productos menstruales.Sobre el precio de los productos menstruales, el 71,4% de las participantes considera que son demasiado caros. El 19,2% de las encuestadas ha tenido algún tipo de dificultad económica para comprar productos menstruales en algún momento de la vida.
Además, el 37,1% se ha visto forzada a optar por productos menstruales más baratos para tener dificultades económicas. El 94,3% de las participantes ha utilizado productos menstruales más tiempo del recomendable al no poder acceder a lugares adecuados para cambiarse. Este uso prolongado de los productos menstruales puede derivar en problemas de salud.
Medidas políticas para reducir la inequitat menstrual y promover la salud menstrual
Las responsables del estudio señalan que estos datos preliminares indican la necesidad de reducir el precio de los productos menstruales a través de la aplicación del IVA supereducido (del 4%), ya que tendrían que ser considerados de primera necesidad.
También consideran que se tendrían que implementar medidas en el ámbito laboral que ayuden al manejo de la menstruación y el ciclo menstrual, como el fomento de la flexibilidad horaria y el teletrabajo.
Además, recomiendan promover el uso de productos reutilizables para reducir tanto el impacto medioambiental como en la salud de algunos que no se pueden volver a utilizar y no facilitar el acceso en espacios salubres para el manejo de la menstruación. También piden fomentar la educación menstrual y abordar la menstruación como signo vital de la salud para eliminar "el tabú, el estigma y discriminación todavía asociados a menstruar", indican.