Cómo evitar la salmonela
Cada año, aproximadamente una de cada 10 personas contrae una enfermedad de transmisión alimentaria según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fiebre, dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos son los síntomas que componen el cuadro de una de las más frecuentes: la salmonelosis. Durante el verano, además, se registra un mayor número de brotes de enfermedades de origen alimentario.
Uno de los puntales para evitar riesgos es la higiene: lavarse siempre las manos antes de preparar o servir alimentos, así como los utensilios y el lugar donde se va a cocinar. LA OMS concluye que un 97% de las veces nos lavamos mal las manos cuando estamos manipulando alimentos, arriesgándonos a contaminarlos con distintos tipos de virus y bacterias.
También hay que tener en cuenta donde se compran los alimentos. Se recomienda adquirir productos únicamente en establecimientos autorizados y refrigerarlos adecuadamente lo antes posible, expecialmente huevos, carnes, pescados, mariscos y moluscos, en recipientes herméticos. En la medida de lo posible hay que evitar la leche cruda y los productos elaborados con ella. Es mejor beber solo leche pasteurizada o hervida.
Las frutas y verduras deben lavarse con especial cuidado, sobretodo si se van a consumir crudas. De ser posible, las hortalizas y las frutas se deberían pelar. Así mismo, hay que cocinar los alimentos suficientemente y conservar en el frigorífico los alimentos cocinados y sobras de comida hasta su consumo.
Hay que tener en cuenta que salsas como la mayonesa y similares deben mantenerse en frigorífico una vez abierto el envase.