Aires mediterráneos en Les Valls d'Àneu

Maria del Mar Bonet llegó la noche del marte a Les Valls d’Àneu con todas las entradas vendidas desde hace un mes.

La expectación era máxima por disfrutar de la música de la cantante y la mallorquina no decepcionó en el Dansàneu. Sobre el escenario instalado al pie del altar de Santa Maria d’Àneu (en Escalarre, La Guingueta d’Àneu), repasó sus éxitos más clásicos y temas más recientes, acompañada por la guitarra y la voz del valenciano Borja Penalba, con quien forma ya un tándem inseparable en gira desde el año pasado presentando su disco conjunto.

Y como el Dansàneu ha apostado este año por propuestas singularizadas, es decir, eventos únicos que solo pueden disfrutarse en el festival aneuenc, este recital no podía ser menos.

Así, la bailarina Núria Guiu fue invitada por el certamen para bailar tres canciones de ‘trabajo’ que Bonet popularizó al inicio de su carrera, como por ejemplo la Cançó d’es collir olives. Guiu optó por unas coreografías de inspiración contemporánea que reforzaron la potencia del mensaje de las letras de la cantante malloquina a través de la expresión corporal.

Por otro lado, ayer el Esbart Marboleny de Les Preses (Garrotxa) presentó en el Firal de Esterri d’Àneu La difícil senzillesa, un espectáculo en homenaje a Manuel Cubeles en el centenario del nacimiento de esta figura destacada del movimiento de los esbarts y de la danza tradicional en Catalunya.

El Firal de Esterri d’Àneu acogió ayer un espectáculo de danza a cargo del Esbart Marboleny de Les Preses

La cuarta jornada del Dansàneu supuso la llegada al ecuador del festival, que culminará el domingo. Ferran Rella, presidente del Consell Cultural de les Valls d’Àneu, defendió que “la cultura es segura y el público tiene ganas de disfrutar de la música, la danza y el patrimonio que estos días ofrecemos a partir de un proyecto tan singular como es el Dansàneu”.