El Dansàneu encara su recta final

El Dansàneu cerró ayer su séptimo y penúltimo día de festival en les Valls d’Àneu con la constatación de “haber demostrado, por segundo año consecutivo, que la cultura es una opción tan necesaria como segura”.

Así lo aseguró la directora del certamen, Rut Martínez, quien también agradeció que “tanto el público como las instituciones apoyen iniciativas como el Dansàneu, que es capaz de articular propuestas singulares, de pequeño y medio formato, siempre priorizando la calidad artística y su vinculación con el territorio”. En esta línea, ayer se llevó a cabo una nueva actividad enmarcada en el Any Joan Tomàs, en el 125 aniversario del nacimiento del músico y precursor de la Obra del Cançoner Popular.

‘Pedra de Foguera’ fue el espectáculo protagonizado por la agrupación folk Corrandes en colaboración con el artista Jaume Arnella que, a causa del mal tiempo, tuvo que trasladarse al recinto ferial de Esterri d’Àneu.

La actuación, a la que asistieron más de doscientas personas, incluyó las tradicionales corrandes, con sus rimas y sus versos de naturaleza efímera, junto con canciones que reivindicaron la identidad territorial. Por la tarde, las propuestas se centraron en la figura de la mujer.

El primero de los actos se llevó a cabo en el Centre de Documentació dels Pirineus, donde se llevó a cabo la presentación del libro Dones al marge. Bruixes i altres històries d’estigma i oblit, de Ivet Eroles.

Posteriormente, Bubulina Teatre llevó hasta la iglesia de Sants Just i Pastor, en Son, el espectáculo ‘El llibre de Marguerite Porete: feminisme i mística al segle XIV’. La pieza recordó a Marguerite Porete, quién murió quemada el 1310, bajo condena de la Inquisición, por haberse negado a retirar su libro y a renunciar a sus ideales.

Por todo ello, la directora del Dansàneu ha defendido que “el certamen es también un espacio donde se vela para visibilizar la tarea de tantas y tantas mujeres que, en su momento, no tuvieron la atención que se merecían”. .

La propuesta más esperada de la jornada, sin embargo, llegó de la mano del grupo pop Mishima, fusionado con la danza de la compañía de Laia Santanach.

Ambos participaron en la iniciativa Trobades (Im)possibles, un nuevo proyecto que lleva sobre un mismo escenario a dos artistas de diferentes disciplinas y estilos. Si el año pasado fueron los segarrencs de El Petit Cal Eril con la bailarina de flamenco Montserrat Selma los encargados de dar el pistoletazo de salida a estos encuentros artísticos, este año Mishima y Santanach les han tomado el relevo con alta expectación por parte del público, que agotó todas las localidades disponibles en el recinto ferial de Esterri d’Àneu.

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