La Vall Fosca arroja luz a su pasado

El ayuntamiento de Torre de Capdella, Memorial Democràtic y el Museu Hidroelèctric de Capdella rindieron ayer un emotivo homenaje a Feliu Jaumot Montané, un vecino de La Pobleta de Bellveí, en el Pallars Jussà, que murió a los 32 años en el campo de concentración de Gusen-Mauthausen en 1941.

El acto se llevó a cabo delante de la casa natal de Feliu, en la calle Major de este núcleo de La Torre de Capdella, y contó también con la participación de la sobrina de esta víctima del horror nazi, Neus Jaumot. Comenzó con una aproximación a la biografía de Feliu de la mano del historiador Josep Calvet.

Su investigación, de más de un año, desveló informaciones desconocidas hasta el momento, como la militancia de Feliu en el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) durante la Guerra Civil y los caminos por donde consiguió huir a Francia.

Llegó a Prats de Molló cruzando el Coll d’Ares, el punto por donde pasaron al exilio cerca de 100.000 españoles. Semanas después, en abril, fue trasladado al campo de internamiento de Agde y, cuando salió, se fue a trabajar a Lille, en el norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica.

Después de la ocupación nazi de Francia, fue detenido por los alemanes.

Primero fue internado en el campo de prisioneros de guerra Stalag I-B, de Hohenstein. En agosto de 1940 fue trasladado al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, en un convoy integrado por 168 españoles. Poco después fue trasladado al subcampo de Gusen, donde falleció.

El historiador completó su intervención con la lectura de fragmentos de cartas enviadas por este vecino de La Pobleta de Bellveí a su hermana Maria, y que la sobrina de Feliu había conservado todos estos años. En las cartas recordaba a sus hermanos y su pueblo natal, siempre con la esperanza de regresar pronto.

El momento más emotivo fue cuando los familiares recordaron también a su tío Manel, hermano de Feliu, quien murió en el frente durante la Guerra Civil.

El alcalde de La Torre de Capdella, Josep Maria Dalmau, destacó la importancia de estos homenajes para hacer evidente hasta dónde pueden llegar el odio y la intolerancia. El acto culminó con la inauguración de una placa en la fachada del domicilio de Feliu. Se trata del segundo Espai de Memòria que hay instalado en La Vall Fosca. El otro está dedicado a Conxita Grangé, superviviente del campo de Ravensbrück, en La Central de Capdella.