¿Te gusta la historia? Estas son las cuevas prehistóricas más famosas de España
Se encuentran en la zona del Cantábrico
Los pueblos prehistóricos contaban historias a través de lo que conocemos como pinturas rupestres. La idea de que estas pinturas rupestres sobrevivieran miles de años, a través de guerras, avances tecnológicos y desastres naturales, es impresionante. En todo el mundo, las pinturas rupestres ofrecen un vistazo de cómo era la vida prehistórica, desde la flora y fauna antiguas hasta las ceremonias espirituales o rituales y la importancia primordial de la caza.
Aunque hay bastantes cuevas rupestres en Europa, España cuenta con una gran cantidad de cuevas prehistóricas de gran valor arqueológico. Encontrarás estos y otros rincones en la guía “A una hora de... 900 escapadas fantásticas desde 50 ciudades españolas” de Lonely Planet.
Las cuevas prehistóricas de España
Cueva de Hornos de la Peña (San Felices de Buelna, Cantabria)
Esta cueva es famosa por contar con la colección de grabados paleolíticos más completa de Cantabria. Podrás maravillarte con un bestiario prehistórico impresionante, formado por bisontes, caballos, ciervos, renos y hasta una serpiente. La encontrarás a 40 minutos en coche desde Santander.
Cueva de El Pendo (Escobedo)
Escondida entre los bosques de Escobedo (Cantabria), esta cueva alberga el llamativo Friso de las Pinturas, un panel de 25 metros de largo que cuenta con decenas de grabados de hace 20.000 años. La cueva de El Pendo fue descubierta a finales de la década de 1990 y su estudio reveló que ha estado en uso durante más de 70.000 años.
Cueva de Covalanas (Ramales de la Victoria, Cantabria)
El monte Pendo esconde uno de los conjuntos de pinturas rupestres más destacados de la región, después de las cuevas de Altamira. En esta cueva situada a 45 minutos de Santander podremos ver una manada de 18 ciervas, un ciervo, un caballo y un uro, así como diversas figuras abstractas.
Cuevas del Monte Castillo (Puente Viesgo, Cantabria)
En la ladera del monte Castillo nos toparemos con cuatro cuevas que presentan pinturas rupestres. La cueva de las Monedas, cuenta, además con excelentes formaciones geológicas. Seguramente te sonarán la cueva del Castillo porque son de las pocas cuevas de la cornisa cantábrica con siluetas de manos hechas soplando pintura roja por encima del dorso de la mano.
Cueva del Moro Chufín (Riclones)
Esta cueva a una hora en coche desde Santander requiere un poco de esfuerzo para llegar a ella. Necesitamos contar con todoterreno y buena forma física, ya que tendremos que entrar con casco, rodilleras y linterna. Alberga un gran tesoro en su interior: grabados y pinturas rupestres de hace más de 18.000 años. Los animales que podemos ver pintados en el vestíbulo de la cueva y las composiciones de grandes puntos rojos, que representan genitales femeninos, son de lo más llamativo.
Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella)
Las cavidades de la cornisa cantábrica, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, albergan pinturas y grabados rupestres dejados por sus primeros moradores. Es el caso de la cueva de Tito Bustillo en Ribadesella, que fue descubierta en 1968 por unos jóvenes espeleólogos. Cuando se adentraron en ella, encontraron una infinidad de grabados con figuras humanas, ciervos, caballos, bisontes y hasta una ballena pintada en rojo y oculta en esta cueva de hace más de 33.000 años.
Cueva de la Peña de Candamo (San Román)
En esta cueva cantábrica se habrían celebrado ritos mágicos prehistóricos a tenor de los restos encontrados en ella. La cueva tiene 70 metros de longitud y tres grandes salas con pinturas de animales de hasta 18.000 años. Una de sus pinturas rupestres más conocida es la de un ciervo herido con lanzas.