Cómo comer huevos sin llevarte un susto
Evita comerte la yema líquida
El huevo es un alimento de gran calidad nutricional por su considerable contenido en proteínas, ácidos grasos, omega 3, vitaminas A, D, E y K, así como fósforo, selenio, hierro y zin. Sin embargo, también tiene un cierto riesgo microbiológico.
Nos estamos refiriendo a la Salmonella, una bacteria que porta un 1,6 % de las gallinas ponedoras en España, según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, y que causa salmonelosis, una intoxicación alimentaria. “La cáscara puede contaminarse con los restos fecales tanto en el conducto de salida, que comparte con el sistema digestivo y urinario, como en el lugar de la puesta, explica Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y dietista-nutricionista. La experta también hace referencia a nuestras costumbres culinarias, como la de tomar tortilla de patata jugosa o freír el huevo de manera que se pueda mojar pan en su yema, ambas preparaciones de riesgo.
Recomendaciones para evitar la salmonelosis
1. Los huevos hay que guardarlos en la nevera nada más llegar a casa. Aunque en el súper estén a temperatura ambiente, nosotros debemos refrigerarlos y no colocarlos en la puerta del frigorífico, ya que los compartimentos de la puerta de la nevera sufren constantes cambios de temperatura al abrir y cerrar y esto puede afectar negativamente a los huevos.
2. Respeta la fecha de consumo preferente.
3. Desecha los huevos que tengan fisuras en la cáscara.
4. Mucho cuidado con la contaminación cruzada, es decir, no casques el huevo en el mismo recipiente en el que vas a batir, no vuelvas a usar, sin lavar previamente con agua y jabón, el recipiente en que hayas puesto el huevo, aunque su cáscara aparentemente esté limpia.
5. Si estás haciendo un bizcocho u otra preparación dulce o salada con huevo crudo, no pruebes la mezcla.
6. Para destruir los posibles microorganismos que pueda haber en el huevo, hay que cocinarlo a unos 70-75 grados durante un minuto. Esto quiere decir que tanto la clara como la yema deberían cuajar. Por lo tanto, no deberíamos comer huevos fritos con la yema líquida ni tortillas jugositas.