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¿Quieres presumir de sonrisa? Apúntate estos consejos para conseguirlo

La sonrisa es nuestra carta de presentación y cuando no es bonita solemos esconderla

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La salud bucal está en nuestras manos y en los hábitos de alimentación e higiene dental. El color de tus dientes depende de más factores: el color de tu dentina, el grosor y tipo de esmalte, además de posibles productos abrasivos o el simple paso de los años.

1. Colutorios bucales

Si utilizas este tipo de producto, comprueba si lleva clorhexidina. Si es así, resultan muy efectivos para controlar la placa bacteriana. Sin embargo, si los usas de forma regular, pueden dejar los dientes con manchas de color oscuro. 

2. Hierro

Aunque se debe tomar por problemas de anemia, debes saber que este mineral reacciona con las bacterias de la placa bacteriana y se deposita en forma de óxido ferroso, dando lugar a manchas marronáceas. 

3. Cepíllate con suavidad

No por frotar más fuerte conseguirás que te queden más blancos. Todo lo contrario, estarás erosionando el esmalte y harás más sensible el color de la dentina con sus tonos amarillos o grises. 

Elige siempre cepillos de cerda media o suave y evita cepillarte justo después de ingerir bebidas o alimentos ácidos porque aumentarás la erosión. 

4. Los dentífricos

No uses dentífricos con textura arenosa. Su acción es abrasiva y si prometen aclarar los dientes es porque actúan como si los liajaran. 

5. Cambios térmicos

Los cambios de temperatura agrietan el esmalte con los dientes. Cuantas más microfisuras tenga el esmalte, más pigmentos podrán acceder a la dentina. Una vez que han llegado al interior del diente, dejan manchas mucho más difíciles de quitar. 

Usar pajitas para tomar bebidas frías es una solución, así también evitarás la sensibilidad dental. 

6. El tabaco

Los pigmentos del humo del tabaco, como son la nicotina y el alquitrán, se van quedando pegados en la superfície de los dientes y pueden incluso provocar que su color se vuelva negro. 

7. Lavarse los dientes después de comer

Quizá creas que lavarte los dientes justo después de comer es un acto que protege tu dentadura, pero en realidad no es lo más adecuado para conseguir una buena salud bucal.

El problema es que si te cepillas los dientes al acabar de comer esparces el ácido de la comida por toda la boca haciendo que su efecto sea más intenso, lo que puede favorecer que el esmalte se desgaste.

8. Bruxismo

Rechinar los dientes por tensión o estrés, lo que se conoce por "bruxismo", desgasta el esmalte provoca que el esmalte se adelgace favoreciendo las coloraciones y tinciones.

Finalmente, se recomienda ir al dentista de forma habitual y realizarse limpiezas bucales una o dos veces al año para recuperar el tono natural de tu dentadura. 

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