Los mejores de la Selectividad de Lleida de hace una y dos décadas

Manel Baradad sacó la mejor nota de la provincia de Lleida de la Selectividad del año 2011, concretamente un 9,5, una de las mejores de Cataluña. Era alumno del colegio Claver y necesitaba un 13,54 para la doble titulación de Telecomunicaciones e Informática en la Universidad Politécnica de Cataluña. Además, tenía que pasar una prueba previa para entrar en el CFIS (Centro de Formación Interdisciplinaria Superior de la UPC). Su sistema, aseguró al Diari Segre cuando tan sólo tenía 18 años, era “estudiar y mantener la concentración en los exámenes”.

Efectivamente, la buena nota de la Selectividad le permitió entrar a la carrera que quería. “pasé la prueba de acceso y pude estudiar Telecomunicaciones e Informática, después también hice un máster de Telecomunicaciones”, confirma Manel al Diari.

Actualmente, desde hace cuatro años, se encuentra en Boston, en los Estados Unidos, haciendo el doctorado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Cambridge sobre “ el análisis de imágenes con inteligencia artificial”, es decir, está enseñando a los ordenadores a entender las imágenes como lo hacen los humanos. De momento, al menos a corto plazo, no se ve volviendo a Cataluña: “vine aquí́ a hacer el trabajo de fin de máster y ya me he quedado, en España y en Cataluña el mundo tecnológico está poco desarrollado”. Su objetivo es acabar trabajando en “una gran empresa tecnológica de investigación”.

Meritxell Fernàndez, alumna del Joan Brudieu de La Seu d'Urgell, sacó una de las mejores notas de la provincia de Lleida de la Selectividad del 2001, un 9,15. En la entrevista que le hizo el Diari Segre entonces por ser una "chica excelente" - así es como titularon la noticia - confesaba que ella "estudiaba lo suficiente" y que la clave era "organizar bien el tiempo y las materias de estudio", y así también podía salir de marcha con los amigos". Cursó el bachillerato humanístico y quería hacer Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona, aunque nos dijo que le gustaría combinar su especialidad con la carrera de Periodismo.

20 años más tarde, muy contenta de atendernos, nos explica que finalmente estudió la licenciatura de Derecho a la UAB y continuó "con un Doctorado en Derecho en Florencia y uno posdoctorado en París", que compaginó con varios masters en Lingüística en Barcelona, París y Leiden (Holanda). Efectivamente, con 18 años ya manifestaba esta pasión por las letras: "la lingüística siempre había sido una de mis pasiones y me aportó mucha satisfacción personal poder completar mi formación jurídica con esta vertiente. Este doble perfil también me ha abierto oportunidades profesionales que no hubiera tenido con un perfil exclusivamente jurídico". Recuerda la época universitaria con nostalgia y como un periodo muy formador "en todos los niveles".

Actualmente es analista de políticas públicas de educación a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), una organización internacional que tiene la sede en París. Desde que se marchó a Italia para hacer el Doctorado ahora hace 15 años, ha trabajado siempre en el extranjero. Antes pasó “bastantes años haciendo investigación académica en Derecho aplicado a las nuevas tecnologías” y también trabajó en el sector de las tecnologías del lenguaje como lingüista computacional. Según ella “es muy sano mentalmente cultivarse de manera holística”, y considera que los estudiantes “no tendrían que olvidar la adquisición de otras competencias como las lenguas y culturas extranjeras, la creatividad y la sensibilidad artística”.

El futuro se lo plantea con una actitud muy abierta: “con objetivos pero sin exigencias”. Le gustaría seguir trabajando con equipos internacionales en proyectos de relevancia social aunque “echa de menos el país”.

Para los que ahora en septiembre inician esta nueva vida universitaria los recomienda que encuentren un “buen equilibrio entre la planificación y la improvisación, y que no se olviden de disfrutar, sería una lástima no disfrutar del trayecto universitario por estar demasiado preocupado por llegar a la meta”.

Mirándolo con perspectiva los dos han conseguido todo lo se propusieron hace 10 y 20 años y están trabajando en grandes empresas y universidades. Al fin y al cabo, ser los mejores de la Selectividad de Lleida de su año no había podido ser un golpe de suerte.