¿Qué ha sido de los mejores estudiantes de la selectividad de Lleida de hace 10 y 20 años?

Hace 10 y 20 años respectivamente que Manel Baradad y Meritxell Fernández sacaron las mejores notas en selectividad en Lleida. Se encontraban en un punto donde iniciaban su vida universitaria y contaban a SEGRE qué querían hacer, cuáles eran sus sueños y sus objetivos, cómo se veían en un futuro. Ahora, diez y veinte años después, volvemos a contactar con ellos. ¿Cómo les ha ido? ¿Qué carrera estudiaron? ¿Han conseguido lo que se propusieron? Él tiene 28 años y ella 38, y ninguno de los dos se encuentra en Catalunya, ni siquiera en España.

Manel Baradad sacó la mejor nota de Lleida en la selectividad de 2011, concretamente un 9,5, una de las mejores de Catalunya. Era alumno del colegio Claver y necesitaba un 13,54 para aspirar a la doble titulación de Telecomunicaciones e Informática en la Universitat Politècnica de Catalunya. Además, tenía que pasar una prueba previa para poder cursar estos estudios.

Su sistema, aseguró cuando tenía 18 años, era “estudiar y mantener la concentración en los exámenes”. Su buena nota en la selectividad le permitió sacarse la carrera que quería, y después hizo un máster de telecomunicaciones. Desde hace cuatro años se encuentra en Boston, en Estados Unidos, haciendo el doctorado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Cambridge sobre análisis de imágenes con inteligencia artificial, es decir, enseña a los ordenadores a entender las imágenes como lo hacemos los humanos.

De momento, al menos a corto plazo, no se ve volviendo a Catalunya: “en España y en Catalunya el mundo tecnológico está poco desarrollado “. Su objetivo es trabajar “en una gran empresa tecnológica de investigación”.

Años después Baradad hace un doctorado en Boston y Fernández es analista de la OCDE en París

Meritxell Fernández, alumna del Joan Brudieu de La Seu de Urgell, sacó una de las mejores notas de Lleida en la selectividad de 2001, un 9,15. En la entrevista que le hizo SEGRE entonces por ser una “chica excelente” –así se tituló la noticia– decía que la clave era “organizar bien el tiempo”.

Veinte años más tarde cuenta que se licenció en Derecho en la UAB e hizo un doctorado en Florencia y un postdoctorado en París, que compaginó con varios másteres en Lingüística en Barcelona, París y Leiden (Holanda). “Este doble perfil me ha abierto oportunidades que no hubiera tenido con un perfil solo jurídico”, dice.

Actualmente es analista de políticas públicas de educación en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que tiene su sede en París. Desde que se fue a Italia para hacer el doctorado hace 15 años ha trabajado siempre en el extranjero. Dice que “es muy sano mentalmente cultivarse de manera holística”, y considera que los estudiantes “no deberían descuidar la adquisición de otras competencias como las lenguas y culturas extranjeras, la creatividad y la sensibilidad artística”.