El cabello solo se estropea en verano. ¿Verdadero o falso?

Aunque muchos de nosotros pensemos que en verano es más necesario un cuidado capilar, la verdad es que en invierno, el cabello sufre una mayor sequedad debido a la temperatura ambiental y a que utilizamos mucho más la calefacción y el secador de pelo. Por otra parte, “el frío hace que se contraigan los capilares y llegue menos cantidad de sangre al cuero cabelludo, con lo cual está menos nutrido”, señala Natalia Seguí, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

También hay que tener en cuenta que los cambios bruscos de temperatura afectan más a las pieles finas y secas, mientras que el pelo sufre daños por la humedad y la contaminación exterior. El cabello se deshidrata volviéndose quebradizo, y la ruptura de las capas externas hace que pierda su brillo natural. A su vez, el aire seco con poca humedad favorece que el pelo se cargue de iones negativos, provocando la electricidad estática y, como consecuencia, el odiado encrespamiento. 

“En invierno, se acentúan patologías como la caspa o la psoriasis en el cuero cabelludo, ya que la sequedad ayuda a que estas patologías empeoren y, por otra parte, carecemos del efecto beneficioso del sol -que actúa como antiinflamatorio-”, explica Seguí.

Consejos para cuidar de nuestro cabello

1. Utilizar un champú y un acondicionador más hidratante de lo normal. Si esto no fuera suficiente, usar una mascarilla o aceite que permita sellar la fibra capilar para que no pierda su humedad. Dependiendo de si tenemos el pelo seco o graso, elegiremos un champú u otro.

2. Es un momento ideal para sanear puntas, que es la parte más vieja del pelo y, por lo tanto, la más dañada. Aprovecha y ve a la peluquería.

3. Debemos secar el cabello antes de salir de casa para prevenir que pierda su humedad, evitando así la ruptura capilar. Sin embargo, no debemos de abusar del calor que desprende el secador. Mejor ponerlo a una temperatura moderada.

4. No utilizar en exceso la plancha de pelo o rizadores. 

5. La dieta también influye en un buen funcionamiento del cuero cabelludo; si es más rica en vitaminas y minerales ayudará a la salud de nuestro cabello. 

En definitiva, en verano, el pelo se deshidrata debido a la exposición severa a los rayos ultravioletas, así como la sal de la playa o el cloro de las piscinas. Es el mismo efecto que durante el invierno: la capa hidrolipídica del pelo se pierde, afectando a la cutícula.