Cinco factores que harán que aumenten tus posibilidades de dar positivo en un control de alcoholemia
La mejor y la única forma conocida que funciona cien por cien para no dar positivo en un control de alcoholemia es no haber bebido una sola gota de alcohol. Si vas a conducir, lo ideal és no beber ninguna bebida alcohólica. Si a pesar de las recomendaciones, decides tomarte un vino, una cerveza, una copa, y luego vas a circular con tu vehículo deberías saber que el alcohol no afecta igual a todo el mundo. Diferentes factores influyen en que, bebiendo lo mismo, dos personas den tasas distintas en un control de alcoholèmia. Estos son los principales a tener en cuenta:
Beber con el estómago vacío. En el estómago se mezcla el alcohol con la ingesta sólida y los jugos gástricos, perdiendo un poco de fuelle la carga alcohólica. Si bebes en ayunas, el alcohol va directo a la sangre.
Mezclar alcohol y medicamentos. La combinación equivocada puede causar una auténtica bomba en nuestro organismo. Aun peor que beber con el estómago vacío, nos puede dejar KO con el coche en marcha.
Beber rápido. Si entra alcohol al estómago de golpe, en gran cantidad, el proceso de absorción y asimilación se pone en marcha de inmediato, las células se ponen a trabajar a toda velocidad y el cambio en el organismo puede venir de golpe. Mejor beber poco a poco e intercalando otras bebidas no alcohólicas, aunque lo mejor es no ingerir nada de alcohol.
El momento del día influye en la absorción del alcohol por parte del organismo. Tiene mucho que ver con beber durante las comidas y si éstas son copiosas o no. Un Whisky de buena mañana sin tener nada en el cuerpo garantiza un positivo, pero después de una comida abundante igual no llega al mínimo requerido.
Tipo de bebida. Unas tienen un nivel de penetración más rápido que otras. Por norma general, las destiladas, que también tienen mayor graduación, afectan más y más rápido que las fermentadas, tipo cerveza o vino. Si además, mezclamos las destiladas con refrescos o bebidas gaseosas, se aumenta en una pequeña medida añadida el efecto.
Además de todo lo mencionado, hay otros elementos que influyen en mayor o menor medida a la hora de aumentar el alcohol en sangre tras consumir alcohol. Fatiga, estrés, el sexo, el peso, necesidad de sueño, ansiedad, la edad… todo puede influir, en alguna medida, e insistimos, que lo mejor para evitar dar positivo en un control de alcoholemia es no probar ni una sola gota de alcohol.