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TRADICIONES CULTURA POPULAR

Lleida celebra la primera fiesta de Moros i Cristians del Estado tras la Covid

Los dos bandos empataron y lo celebraron cantando un garrotín en la Seu Vella

La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.

La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.MAGDALENA ALTISENT

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La fiesta de Moros i Cristians de Lleida ha sido la primera en todo el Estado que ha vuelto a celebrarse. Tras dos años y cuatro meses, unas 300 personas entre 'festers' y músicos desfilaron ayer por la tarde por las calles de la ciudad. La fiesta finalizó con una batalla atípica ya que acabó en tablas y cantando un garrotín. Lleida sigue siendo mora.

Tras dos años y cuatro meses, los Moros i Cristians volvieron a desfilar ayer por Lleida, siendo primera ciudad en todo el Estado en retomar esta fiesta tras la pandemia.

Coincidiendo con las Festes de Tardor (más información en las páginas 28 y 29), los vecinos de la capital del Segrià pudieron volver a disfrutar de un desfile marcado por el paso firme al ritmo de la música de las bandas de los miembors de las comparsas. Fue un itinerario diferente al habitual, que salió sobre las 17.30 horas de la plaza Bores, prosiguió por el Pont Vell y la avenida Blondel para finalizar en la pasarela del Liceu Escolar.

El recorrido del desfile tuvo un aforo limitado a 700 personas sentadas aunque otros muchos ciudadanos pudieron seguirlo fuera del recinto habilitado.

Salió primero el bando moro con las comparsas de los Banu-Hud, los Al·leridís y los Musa. Después, desfiló el bando cristiano con los Anglesola, los Pallaresos y los Urgellencs.

Unas 300 personas, entre festers y músicos.

Participaron cuatro bandas, las leridanas Ilerband y la Banda Simfònica Unió Musical; y la La Valenciana de Barcelona y Miralbueno de Zaragoza..

Posteriormente, a las 20.00 horas tuvo lugar la batalla en la Porta dels Apòstols de la Seu Vella.

El autor del texto fue el historiador y activista cultural Pep Tort con la dirección artística de Ramon Caballol. El caid moro fue Antoni Pomés, de la comparsa del Banu-Hud, mientras que Mariona Franco, de los Anglesola, fue la condesa cristiana.

Fue un acto que contó con el aforo limitado a 300 asistentes.

La batalla tuvo un final diferente al habitual y no hubo vencedores. En Lleida cada año se turnan la victoria y ayer todo hacía presagiar que sería para los cristianos.

Terminaron el tablas, se retaron para el próximo año, Lleida sigue siendo mora y acabaron cantando un garrotín adaptado.

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“Era una cuestión de supervivencia. Este año salíamos sí o sí”

“Era una cuestión de supervivencia. Este años teníamos que salir sí o sí”, explicó a este periódico el presidente de la Associació de la Festa de Moros i Cristians de Lleida, Josep Lluís Gàzquez, que hizo “un balance muy positivo y estamos muy satisfechos dadas las circunstancias, con las restricciones que todavía hay”.

Así, por ejemplo, los festers desfilaron con mascarilla.

Entre las novedades, Gàzquez destacó “la plaza Sant Joan como escenario de las Ambaixades y la batalla en la Porta dels Apòstols. Lo vemos como una oportunidad de futuro”.

El presidente de la entidad también remarcó el “esfuerzo” y la “complejidad” que ha supuesto organizar la fiesta respetando todas las medidas de seguridad por la Covid-19, como la de cerrar todo el recorrido del desfile.

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La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.

La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.MAGDALENA ALTISENT

La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.

La Porta dels Apòstols de la Seu Vella fue el escenario de la batalla, que terminó en tablas.MAGDALENA ALTISENT

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