VÍDEO | La lava del volcán de La Palma llega al mar en una zona de acantilados
La colada de lava que emerge de la erupción volcánica de La Palma ha llegado al mar en una zona de acantilados en la costa de Tazacorte. La lava ha ido cayendo de forma lenta y lo único que se ha podido ver a lo lejos son piedras candentes que caen al mar, según la retransmisión que realiza la Televisión Canaria desde un barco y las imágenes facilitadas desde el buque del Instituto Español de Oceanografía Ramón Margalef.
La oscuridad de la noche no permite ver las columnas de vapor de agua que supuestamente se han debido formar por el choque térmico de la lava con el mar, columnas que llevan unos gases que pueden resultar tóxicas para los ojos, los pulmones y la piel.
Sí se constata un humo negro, que forma parte del proceso que se produce cuando la lava cae al mar.
La lava ha caído al mar desde una altura de unos cien metros por un acantilado situado en las cercanías de la playa El Guirre, en Tazacorte.
Momentos antes de que la lava llegara al mar, pasadas las 11 de la noche, se había evacuado la zona del puerto de Tazacorte, en el que se congregaban, entre otros numerosos periodistas, que se han desplazado hasta el mirador de la montaña El Time.
Desde allí se divisa desde la lejanía la caída de la lava por el acantilado situado ligeramente al norte del lugar donde cayeron las coladas de lava del volcán de San Juan en 1949. Tras el parón ayer en la erupción volcánica, el magma, según han explicado los especialistas, ha emergido de zonas más profundas por lo que la lava está más caliente y se ha desplazado con mayor rapidez, especialmente en los últimos metros.
La llegada de la lava se produce en el noveno día de la erupción volcánica de Cumbre Vieja y el impulso definitivo una colada de lava que se formó hace 28 horas. Los vulcanólogos han advertido estos días a la población de que no se acerque al río de lava cuando entre en contacto con el agua del mar porque pueden producirse nuevas explosiones y también intensificarse el humo que lleva sustancias tóxicas para los ojos, los pulmones y la piel. No obstante, han aclarado que la afección se produce dentro de la zona de exclusión de dos kilómetros y los cuatro núcleos poblacionales más cercanos están confinados.