Maria José Badia, una vecina de 51 años de El Pont de Suert, relata su lucha contra el cáncer de mama

“Desde el momento en el que te diagnostican cáncer te cambia la vida. Pero sé lo importante que es la actitud y he decidido ser fuerte. No dejaré que gane”. Así se expresa Maria José Badia, una leridana de 51 años a la que le diagnosticaron un cáncer de mama hace siete meses.

Desde entonces se ha sometido a una intervención quirúrgica y a radioterapia. La lucha contra esta enfermedad continúa ahora con el tratamiento hormonal, que deberá seguir durante los próximos cinco años. La paralización del programa de detección precoz del cáncer de mama a causa de la pandemia retrasó el diagnóstico de esta vecina de El Pont de Suert, que en 2020 tenía que hacerse su primera mamografía y no fue hasta el pasado mes de marzo cuando por fin pudo someterse a la prueba. Esta enfermera de profesión explica que, “aunque por mi trabajo trato esta enfermedad de cerca, cuando me dijeron que tenía cáncer me quedé en shock.

Desde hace tiempo formo parte de la junta local de la AECC de la Alta Ribagorça y eso me ayudó a coger fuerzas porque ves que tus amigas lo han superado y yo seré fuerte como ellas”. En cuanto al día a día con la enfermedad, Badia asegura que “lo más duro de todo es el periodo de tiempo que pasa hasta que finalmente te comunican qué tipo de tumor tienes y cuál es el mejor tratamiento. Cuando llegaron los resultados de la mamografía comenzó todo un periplo de visitas, punciones y resonancias que se hizo eterno. Ese ‘no saber’ es muy angustiante y ahora, con la pandemia, esos tiempos de espera se han ralentizado aún más.

Yo me operé en el Institut Català d’Oncología dos meses después del diagnóstico y he descubierto que es muy importante tener confianza y seguridad en los profesionales que te atienden”. Uno de los pilares fundamentales para esta leridana es el apoyo de familia y amigos. En cuanto al acceso a los servicios, destaca que “el cáncer supone un gran esfuerzo físico, económico y laboral que es mucho mayor para los pacientes de zonas rurales, pues para acceder a los tratamientos tienen que hacer frente a largos (y a veces también costosos) desplazamientos”.

El Arnau reduce de 15 a 5 las sesiones de radioterapia para este tipo de cáncer

El servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida ha implementado en el último año un protocolo basado en estudios científicos que permite reducir de 15 a 5 las sesiones de radioterapia para determinadas pacientes con cáncer de mama.

La doctora Virginia García, facultativa especialista del servicio de Oncología Radioterápica del Arnau, explica que estas cinco sesiones consiguen un mismo control local de la enfermedad, pues el nivel de dosis es equivalente e igual de efectivo, aunque con menor toxicidad. En lo que va de año, un total de 150 pacientes se han podido beneficiar de este nuevo protocolo. Asimismo, el acelerador lineal ha incorporado un sistema de control respiratorio que, gracias a la tecnología 4G, permite que la dosis de radiación que recibe el corazón de la paciente con cáncer de mama sea mínima.

La detección precoz permitió descubrir tumores a 45 leridanas en 2020

El programa de detección precoz del cáncer de mama permitió diagnosticar el año pasado un 33% menos de cánceres en las comarcas leridanas. Y es que la paralización del servicio a causa de la pandemia hizo que solo 7.543 mujeres leridanas de entre 50 y 69 años se sometieran a una mamografía de cribado, mientras que en 2019 fueron un total de 13.594. De las que se practicaron la prueba, se derivaron noventa a la Unidad de Mama del hospital Arnau de Vilanova y un total de 45 fueron finalmente diagnosticadas con cáncer de mama.