ALIMENTACIÓN
Alimentos transgénicos: pros y contras
Los alimentos transgénicos son organismos que poseen en su composición uno o varios genes diferentes de los que se les atribuyen en un principio. Mediante técnicas de biotecnología, se pueden utilizar genes extraídos de seres vivos, modificados en laboratorios y reintroducidos en el mismo u otro organismo. Técnicamente se conocen como Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y su objetivo es dotar a estos organismos de cualidades especiales de las que carecerían. De este modo, las plantas transgénicas pueden sobrevivir a plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir el efecto de algunos herbicidas.
Aunque se trata de un procedimiento controlado y la mayoría de modalidades utilizadas para producir estos organismos están autorizadas, suscitan debates entre quienes ven una mejora significativa y muchas ventajas y quienes señalan los riesgos que estos productos podrían esconder. A esta discordancia se le añade el hecho de que ninguna ley obliga a los productores a indicar qué productos tienen modificaciones genéticas aunque sí es perceptivo de señalarlo cuando un producto cuenta con al menos un 0.9% de algún transgénico.
A favor
- Los alimentos resultantes son más nutritivos, resistentes y duraderos.
- Los cultivos se protegen frente a malas hierbas, insectos y virus.
- Las plantas y los animales crecen más rápidamente, y los frutos son de mayor tamaño.
- Es posible añadirles proteínas para evitar la malnutrición y reducir el riesgo de enfermedades.
- Al ser más resistentes, se emplean menos pesticidas y herbicidas, siendo bueno para el medioambiente y la economía.
- Algunos productos han sido ideados para aguantar terrenos estériles o de sequía.
En contra
- El cruce de genes puede provocar que las bacterias se hagan resistentes a los antibióticos.
- Los hongos y virus tienden a mutarse como medida de protección, dando lugar a especies hasta ahora desconocidas.
- Puede suceder que las nuevas especies sean más invasivas que el resto y que puedan influir negativamente en el ecosistema.
- Algunos estudios advierten que los alimentos transgénicos podrían afectar a la fertilidad.
- Las semillas modificadas están controladas por algunas multinacionales que impiden que los pequeños agricultores se beneficien de ellas por su elevado precio.
Los alimentos transgénicos más habituales que encontramos en el día a día son la soja (desarrollado para ser resistente a los herbicidas), además de los aceites de maíz, colza (uno de los más alterados) y algodón (potencialmente peligroso el procedente de China e India). La leche y sus derivados poseen muchas hormonas del crecimiento tras el uso de técnicas de inyección en ganado bovino. La calabaza amarilla y el calabacín han llegado a ser tratados genéticamente para que sean resistentes a los virus.