Cementerios post-pandemia

Miles de leridanos retomaron ayer una de las tradiciones más arraigadas de Tots Sants y acudieron a los cementerios de sus localidades para recordar a los que ya no están. Tras un 2020 inusual en el que no se registraron las aglomeraciones propias de este día a causa a las restricciones de movilidad −el fin de semana que coincidió con esta festividad solo estaba permitido salir del municipio para ir a los cementerios de una misma comarca−, en la ciudad de Lleida los coloridos pasillos del camposanto se volvieron a llenar de personas que paseaban y recordaban a sus difuntos. Como medida de seguridad, se dividió el acceso principal al recinto en dos, para habilitar una vía de entrada y otra de salida.

También se reforzó la presencia de Guardia Urbana, agentes Covid y voluntariado de Protección Civil. Más musical fue la jornada en otros municipios como Cervera, donde una veintena de estudiantes del conservatorio local acompañaron con su música la visita a este cementerio. Durante más de dos horas los estudiantes se fueron turnando para interpretar piezas de repertorio clásico.

En la entrada del camposanto miembros del Servei de Suport al Dol de Ponent atendieron a los visitantes. También en Bellpuig, la Banda Municipal de Música ofreció una breve actuación en el cementerio. Y en Guissona, el cantautor Gerard Enrique actuó en uno de los espacios nuevos del camposanto.

Por su parte, Linyola acogió la actividad In memoriam; música pel record, un homenaje a aquellas personas que han fallecido en el municipio y especialmente dirigido a sus allegados, que durante el confinamiento no pudieron tener un acompañamiento en el duelo. Profesores de la Escola de Música de Linyola interpretaron en directo varias piezas instrumentales durante toda la jornada.