TikTok tic, un nuevo trastorno infantil que genera movimientos espasmódicos y que se propaga a través de las redes sociales
Adolescentes de todo el mundo están acudiendo a los centros médicos con movimientos espasmódicos físicos y verbales desarrollados de forma repentina. El aumento de estos casos se inició con la pandemia, pero la preocupación de especialistas y sobre todo padres, comenzó hace unas semanas, después de que un artículo en The Wall Street Journal alertarse sobre ello.
Previamente varias investigaciones recientes ya habían enfatizado la aparición de un nuevo síndrome infantil ligado al uso de las redes sociales, y en concreto a vídeos en Tik Tok, relacionados con el síndrome de Tourette. En agosto la psiquiatra Kirsten Müller-Vahl de la escuela de medicina de Hannover, Alemania publicó un estudio en la revista académica Oxford University Press afirmó identificar "el primer brote de un nuevo tipo de enfermedad sociogénica masiva" que se propaga únicamente a través de las redes sociales. Si bien lo denominó "enfermedad inducida por las redes sociales masivas" (MSMI) ha pasado a popularizarse como TikTok Tic.
Todo comenzó cuando la especialista detectó un aumento en su sala de Tourette de pacientes con síntomas que no podía explicar. El síndrome de Tourette es un trastorno genético del sistema nervioso, que puede generar tics, movimientos repetitivos, involuntarios o sonidos. El trastorno afecta principalmente a los niños y los tics generalmente comienzan cuando una persona es joven y luego se desarrollan con el tiempo. Tras el análisis de estos casos Müller-Vahl determinó que los jóvenes habían desarrollado el trastorno tras ver contenido creado en Youtube sobre el síndrome de Tourette. "Los tics tienden a ser imitados y pueden "contagiarse" de una persona a otra", indica el estudio.
Previamente, en junio, otra investigación describía hasta 6 casos en adolescentes con las mismas características. Todas ellas habían consumido contenido en el que creadores en redes como TikTok, Instagram o YouTube afirmaban tener esta afección. Desde entonces, hospitales pediátricos de EEUU, Canadá, Australia y el Reino Unido han detectado un número elevado de estos casos en sus consultas. También en el Estado. “Aquí vemos lo mismo que en otros países: es un fenómeno mundial ”, asegura a La Vanguardia el doctor Darío Ortigoza, jefe de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Solo en ese centro han aparecido 10 casos desde el inicio de la pandemia, algo insólito hasta ahora.
El especialista describe que la mayoría de pacientes son niñas y adolescentes entre 10 y 14 años que empiezan a hacer estos movimientos o sonidos que parecen tics pero que en realidad no lo son, "dado que no cumplen con la evolución en el tiempo que se suele dar en el síndrome de Tourette." “La relación de este aumento de tics con el uso de TikTok no es tanto porque las redes produzcan patologías en sí mismas, sino porque pueden llegar a inducirlas. Hemos visto pacientes que siguen a algunas tiktoquers y youtubers que han difundido mucho lo que supone vivir con síndrome de Tourette, y eso puede haber precipitado los tics funcionales. Pero no son Tourette propiamente”, señala.
El contenido relacionado con esta afección abunda en la popular red social. Cuando los médicos en Reino Unido comenzaron a estudiar el fenómeno en enero, los vídeos que contenían el hashtag #tourettes tenían alrededor de 1,250 millones de visitas, según su informe, una cifra que desde entonces ha aumentado hasta los 5.000 millones.
Los expertos además remarcan que a nivel global la mayoría de los adolescentes fueron diagnosticados previamente ansiedad o depresión, las cuales han podido ser provocadas o incentivadas por la pandemia, otro de los factores claves. Y es que no todos los especialistas señalan a la popular red social como único culpable. "Hay algunos niños que miran redes sociales y desarrollan tics y algunos que no tienen acceso a las redes sociales y desarrollan tics”, afirma al medio estadounidense el profesor del departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento de la Universidad Johns HopkinsJoseph McGuire. "Creo que hay muchos factores que contribuyen, como la ansiedad, la depresión y el estrés".