Cinco trucos para secar la ropa más rápido
Cinco trucos para secar tu ropa más rápido
Con la llegada del otoño y el invierno, las prendas tardan una eternidad en secarse. Además, la mayoría de veces acaban cogiendo olor de humedad. Aquí van cinco trucos eficaces y rápidos para tener la ropa a punto enseguida:
- Secadora o programas cortos: Utiliza el programa más corto de tu lavadora (suele ser de unos 15 minutos aproximadamente), que normalmente también es el que tiene el centrifugado más rápido. En la actualidad, existen en el mercado lavadoras con secadoras integradas. Tendrás la ropa limpia enseguida y sin problemas de espacio, ya que no hay que tender la ropa.
- Radiadores: En invierno, colgar la ropa en una percha junto al radiador o el ventilador será de gran ayuda si tenemos un poco más de tiempo y no gastaremos electricidad con la secadora. Lo ideal es colgarla lo más estirada posible, no doblada sobre ella misma, y cada pieza bien separada de la otra.
- Trucos con una toalla: Extiende una toalla en el suelo (preferiblemente gruesa) y coloca sobre esta la prenda que deseas secar. Enrolla la toalla, ejerciendo presión para que absorba bien la humedad de la prenda. Otro truco para que la ropa se seque mucho más rápido es introducir en la lavadora, junto a la ropa mojada, una toalla grande. Esta absorberá la humedad.
- Pequeños electrodomésticos: Muchas veces estos pequeños contratiempos con la colada hacen que nos quedemos sin calcetines o ropa interior. Para secar más rápido estas prendas de pequeño tamaño lo más eficaz es utilizar el escurreverduras. Sí, como lo oyes. De esta forma, eliminarás por completo la humedad de la prenda. Otra opción es utilizar el secador. Pero, sólo como última opción o si se trata de prendas pequeñas, dado que este electrodoméstico consume mucha energía y supondrá un gasto extra.
- Congelador: Por imposible que parezca, el congelador puede convertirse en nuestro mejor aliado para secar la ropa de manera rápida y sencilla. Introduce la prenda concreta en una bolsa de plástico y ciérrala bien. Métela al congelador durante toda la noche. A la mañana siguiente, cuando la prenda esté seca, sácala del congelador. Por último, plánchala para quitarle el frío.
