Cuenta atrás para el 'nuevo' Museu de la Conca Dellà

Unos catorce meses después del cierre por obras del Museu de la Conca Dellà, la remodelación y ampliación de este equipamiento cultural en Isona, en el Pallars Jussà, está en su recta final. El director, Àngel Galobart, aseguró ayer a SEGRE es que “nuestra idea sería reabrir antes de fin de año, aunque nunca se sabe”. Esta ‘incertidumbre’ se debe a la complejidad del proyecto, que prácticamente doblará la superficie que tenía hasta ahora el centro, unos escasos 350 metros cuadrados, y también a la sorprendente falta de suministros de construcción, que afecta a diversos sectores económicos del país desde hace semanas.

“Hemos notado la falta o el lento suministro de materias primas, como madera o piezas metálicas para la construcción de estanterías para la museografía”, comentó Galobart. Al respecto, destacó que “para estas obras de reforma hemos intentado trabajar al máximo con profesionales del territorio, desde herreros a carpinteros o pintores, y claro, no tienen tantos recursos para hacer frente a esta limitación de suministros como podrían hacerlo las grandes empresas”. Galobart añadió que “no es una situación dramática pero sí influye en pequeñas cosas que pueden retrasar el calendario de obras”.

A pesar de este problema, los trabajos para la nueva musealización siguen a todo ritmo. Ayer mismo, técnicos y operarios trasladaron desde el almacén hasta una de las nuevas salas los restos del cuello de titanosaurio hallados en 2014 en Orcau y que constituyeron uno de los descubrimientos paleontológicos ‘gigantescos’ más importantes hasta ahora en Europa. De hecho, el propio tamaño de este fósil, de unos cinco metros de largo, provocó que tuviera que entrar desmontado en el nuevo edificio anexo del museo, que se conecta con la actual sede a través de una pasarela.

El presupuesto de la reforma y ampliación es de 715.000 euros, casi la mitad de fondos europeos.