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Lleida, más cerca de recuperar el Sant Drap, el primer pañal del niño Jesús

La reliquia, muy venerada en la ciudad, se perdió en 1938

Carme Berlabé y Albert Velasco ante una imagen del Sant Drap.

¿Dónde está el Sant Drap? Nuevas investigaciones aseguran que está en manos privadas y que podría salir a la luzAnna Esteve

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La conservadora del Museu de Lleida Carmen Berlabé y el exconservador y profesor de la Universitat de Lleida Alberto Velasco, pronunciaron ayer jueves 18 de noviembre la conferencia Arts i Patrimoni en Lleida durant la Guerra Civil, espolis y protecció en una conferencia organizada por el Cercle d'Amics del Museu de Lleida.

Al final de la charla, Carme Berlabé reveló que según la documentación que había podido consultar, el Sant Drap, el primer pañal que envolvió al Niño Jesús, no está destruido, aunque sí desaparecido. Berlabé y Velasco concluyeron que hay indicios que la santa reliquia podría no haber sido destruida y que se podría recuperar "si las personas que lo tienen hacen un gesto".

La última ubicación certificada del Sant Drap es una caja fuerte del Banco de España de Lleid, donde se depositó al principio de la guerra civil. Desde entonces se han hecho todo tipo de especulaciones: que se habría enviado a Barcelona o a Francia, que alguien lo habría destruido voluntaria o involuntariamente o sustraído para venderlo a algún coleccionista. "Otra opción", explica Albert Velasco, "es que el relicario, que tenía plata, se fundiera, como pasó con infinidad de bienes patrimoniales depositados en el Banco de España. Y que la reliquia acabara en cualquier papelera."

El hecho es que actualmente sólo se conservan dos pequeños fragmentos del Sant Drap. La historiadora Josefina París descubrió que durante la Guerra del Francés, unos hilillos del pañal habían ido a parar a manos de la familia Puig, de Lleida. Era el agradecimiento de un sacerdote a quien habían escondido de las tropas napoleónicas. Por otra parte, el escritor Vidal Vidal, localizó otro fragmento en la iglesia de Escalona del Prado (Segovia) en el 2004, cómo ya explicó SEGRE en su día. Explica Vidal que Felipe IV pasó por Lleida camino de Madrid al volver de la coronación del Emperador Leopoldo en Frankfurt. Como solían hacer las autoridades, el monarca visitó la Seu Vella para venerar la reliquia y se le obsequió con unos hilillos de esta. A través de uno de sus acompañantes estos fragmentos llegaron a manos de Fray Pedro de la Cruz junto con dos astillas de Vera Creu. Las tres reliquias fueron depositadas en Escalona del Prado, donde el escritor arbequino descubrió el trocito del Sant Drap ante la sorpresa del sacerdote de la parroquia, que no tenía ninguna constancia.

El Sant Drap, "la devoción más amada por los leridanos de todos los tiempos", según palabras de Josep Lladonosa, llegó de Belén a Lleida en un viaje tan complicado que incluso es comparado por el canónigo Juan Ayneto con las desventuras del arca de la alianza. Parece que la Virgen habría entregado al santo pañal al obispo de Jerusalén, que lo conservó hasta que el año 427 la emperatriz Pulqueria se lo llevó a Constantinopla. A partir de aquí se pierde la pista de la reliquia, que acabó en manos musulmanas hasta que el mercader leridano Arnau de Solsona conoció en Túnez a la cautiva Elisenda de Sant Climent, que había sido raptada junto con su hija Guillemona, quién le confió el secreto en que tenía en su poder la reliquia. Cuando Arnau y Elisenda se casaron, la hija dio en secreto el pañal a su progenitora para que volviera a manos cristianas. Fue la ruina de Arnau de Solsona, que perdió la fortuna en pleitos cuando el emir pidió explicaciones al rey Jaume I.

El caso es que el pañal se quedó en Lleida, donde sólo se exhibí |por Navidad y la Ascensión. Además de ser inmune al fuego (se salvó del incendio de la sacristía de la Seu en 1473), se invocaba en los partos para que todo saliera bien (el rey Fernando VII ordenó su traslado a Madrid con motivo del nacimiento de la que sería la reina Isabel II 11 de septiembre de 1830). Tan orgullosos estaban los leridanos del pañal que a menudo regalaban un trozo a los ilustres visitantes de la ciudad. El obispo Ponç de Vilamur llegó a prohibir el tijeretazo en 1330, ante el peligro de quedarse sin tela original.

Durante muchos años, la reliquia fue guardada en un armario cerrado con doble llave, en el lado derecho del altar mayor de la catedral antigua, dentro de una arqueta cuadrada de plata. Anteriormente había sido depositada en un armario vaciado en el muro y con llave dorada en la sacristía habilitada en la capilla de las Neus. .

Cuando Felipe V desmanteló la Seu Vella, el Sant Drap se instaló en la sede diocesana provisional de la iglesia de Sant Llorenç, de donde pasaría en 1781 a la sacristía mayor de la nueva catedral y el 1820 en un sagrario del altar de la Virgen de la Piedad.

A pocos días del inicio de la Guerra Civil, el comisario de la Generalitat en Lleida, Joaquim Vilà, mandó depositar el Sant Drap en la caa fuerte del sótano del Banco de España. En abril de 1937, explica Vidal Vidal en La ciutat de l'òblit, un individuo que afirmaba pertenecer a ERC exigió la entrega, ya que alegaba que disponía de órdenes superiores por escrito en el sentido de que esta fuera trasladada a Francia. Y nunca más se ha sabido nada, aunque diversos estudiosos le han seguido el rastro, hasta ahora.

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