¿De dónde vienen las supersticiones relacionadas con los gatos negros?
Las supersticiones relacionadas con los gatos negros empiezan en la Edad Media porque se empezó a creer que eran los sirvientes malvados y sobrenaturales de las brujas y que eran enviados por Satán; o bien que eran las mismas brujas que se transformaban en ellos por las noches. Se relacionaba su presencia con la tristeza, la melancolía y la maldad. Y es precisamente por todo esto que los quemaban o los tiraban desde las altas torres de las iglesias. Por ejemplo, en Alemania Francia o Inglaterra la fiesta del Día de Todos los Santos comenzaba con la quema de sacos llenos de gatos vivos.
Todas estas actuaciones condujeron a la erradicación generalizada de los gatos negros en Europa. Esta despiadada persecución trajo una plaga de ratas y ratones que invadió los pueblos y ciudades europeas y afectó a las cosechas y a los recursos alimenticios. Posteriormente, llegó la peste negra, una epidemia que precisamente la reproducción de ratas y ratones hacía que se transmitiese aún más.