Así afecta cada tipo de droga a la conducción
Es evidente que todas las drogas, alcohol incluido, son peligrosas. Según cifras de la Dirección General de Tráfico, cerca del 10% de los accidentes graves están relacionados con el consumo de estas sustancias. Cada una, no obstante, afecta de manera diferente e inesperada a la conducción. Así, el cannabis ralentiza las reacciones pero sorprendentemente, provoca problemas para ver los colores; mientras que la cocaína disminuye la visión nocturna, explican los expertos de la DGT.
Alcohol
Con solo 0,5 gr/l de alcohol en sangre se ralentizan los reflejos oculares y el tiempo de reacción ocular. Además, disminuye la calidad de la visión nocturna y se restinge el campo visual (efecto visión en túnel). La consecuencia es que al conductor le resultará mucho más difícil percatarse de lo que sucede fuera de su campo principal de visión.
En casos de alcoholismo crónico, se producen carencias de vitaminas B1, B6, B12, riboflavina y acido nicotínico. Todas ellas son fundamentales para la visión; de hecho su ausencia en dosis recomendadas puede provocar pérdida progresiva de visión central, fundamental al volante.
Cannabis
El enrojecimiento y la sequedad ocular son dos de los síntomas más evidentes en consumidores de cannabis. Esto, al volante, se transforma en problemas para ver los colores o alteraciones en los mismos. Además su consumo ralentiza las reacciones.
Cocaína
La cocaína provoca la dilatación de la pupila y sequedad ocular. Esto hace que quienes la consumen sientan fotofobia (les molesta la luz) y vean halos alrededor de los puntos de luz (algo muy molesto ante los faros de otros coches, los semáforos…). Por si fuera poco, la visión nocturna es menos efectiva. Además, se eleva la presión arterial, lo que puede producir rupturas en los vasos sanguíneos del ojo y, en consecuencia, pérdidas de visión súbitas. También se producen alteraciones cromáticas, con mayor sensibilidad al azul y menor al rojo.
Su consumo genera conductas impacientes, agresivas y competitivas al volante. Bajo su influjo, es frecuente que se infrinjan las normas de circulación, especialmente los límites de velocidad.
Uno de los mayores peligros de este hábito es el efecto rebote que se genera cuando ha estimulante ha dejado de actuar, dado que el sueño puede sobrevenir sin previo aviso.
Extasis