CULTIVOS
Más graduación y menor acidez: Así afectará el cambio climático al vino
Se estima que existen aproximadamente 10.000 variedades de vid alrededor de la Tierra cuyas propiedades han ido variando a lo largo de los siglos. Además, la mano del hombre ha posibilitado distribuir la uva por diferentes partes del mundo, desde el mar Negro hasta Europa, el Mediterráneo, África, América y Oceanía, donde hemos aprendido a cultivar y elaborar vino de diversos sabores, aromas y texturas.
Un estudio dirigido por Ignacio Morales Castilla, de la Universidad de Alcalá; y por Elizabeth Wolkovich, de la Universidad de la Columbia Británica, en Canadá explica que, si la temperatura media del planeta aumenta dos grados centígrados (como se prevé que ocurra), hasta un 56% de las regiones que hoy en día son aptas para cultivar vid desaparecerían.
De momento, el hecho de que la vendimia en países como Francia se ha adelantado 26 días en 50 años o en Australia 30 días en 70, reafirma que algo está cambiando.
Los investigadores proponen reorganizar dónde se cultivan ciertas variedades de uva en el planeta, se podría conseguir reducir a la mitad la pérdida de cultivos debida al calentamiento global de dos grados (que solo se perdiese un 24%); y en el hipotético caso de que aumentase en 4 grados la temperatura media, reducir las pérdidas un tercio.
Uno de los autores del estudio, Benjamin Cook, de la Universidad de Columbia y del Goddard Institute for Space Studies de la NASA, explica que "en determinados aspectos, el vino es como el canario de las minas de carbón en lo que a los impactos del cambio climático en la agricultura se refiere. Esto se debe a que las uvas son extraordinariamente sensibles".
Con una temperatura de dos grados y sin tomar ningún tipo de medidas para evitarlo, se estima que el 56% de las áreas en las que se produce vino del mundo no serán viables. Pero si se toman medidas, tan solo un 24% se perderán. De todos modos, los científicos consideran que las áreas más frías del mundo donde se elabora este producto, como Alemania, Nueva Zelanda y el norte de la costa del Pacífico de Estados Unidos, no sufrirán demasiado con un cambio de dos grados.
De hecho, se convertirían en áreas capaces de cultivar otro tipo de uvas, como la garnacha, mientras que las que cultivan ahora (como la 'pinot noir', a la que le gusta más el frío) podrían moverse hacia el norte, a zonas en las que hoy en día no es posible cultivar la vid. Por otra parte, las áreas del mundo más calientes en las que se produce vino actualmente (España, Italia y Australia) serán las más afectadas, dado que ya hoy su cultivo está limitado a las variedades de uva más 'calientes'.
Según informó El País, en España se pueden beneficiar del calentamiento regiones más frías como El Bierzo, Galicia, Asturias y Alto Aragón. Por lo contrario, las zonas tradicionales de vino español como el Mediterráneo, La Mancha, Madrid, Andalucía, parte de La Rioja y de Ribera del Duero. En Catalunya, proliferan las bodegas que cultivan uvas por encima de los 700 metros de altitud.
Según el blog dedicado especializado en enología EnCopadeBalon, estas seran las consecuencias más inmediatas para el vino:
- El calor y la sequía adelantarán la maduración de las uvas.
- Las fechas de vendimia se adelantarán para salvar el cultivo.
- Serán uvas con mayor concentración de azúcares.
- El azúcar pasa a ser alcohol durante la fermentación del vino, y en este sentido, al tener un mayor porcentaje de azúcar también habrá un mayor volumen de alcohol, de hasta 15 grados.
- Tendrán menor acidez, es decir, los vinos tendrán menos frescura.
- Los vinos perderán distinción aromática y gustativa.
- Se producirán caídas de color en los vinos.
- La capacidad del envejecimiento también se verá alterada.