Cómo conservar un jamón una vez empezado
Aunque un jamón empezado carece de una fecha exacta de caducidad es recomendable una vez abierto que no dure más de un mes, si lo que queremos es conservar todo su olor y sabor y no lograr que se reseque. Los expertos aconsejan cortar solamente la porción que vamos a consumir en cada instante.
También se recomienda guardar algunas lonchas de la grasa de los primeros cortes, que no son comestibles, y depositarlas encima del último corte para mantener hidratada y con todos sus sabores y matices la pata de jamón o paletilla.
Por lo que respecta a la temperatura, no necesita refrigeración, tan solo nos basta con envolverlo en papel parafinado o papel transparente de cocina, y así conseguimos que no se reseque con el aire y a parte lo deberíamos cubrir con un paño de algodón. Así se preserva también de la luz directa. Lo ideal seria guardarlo en una bodega, colgado de un clavo en la pared. El lugar debe ser fresco y seco. Es importante evitar cambios de temperatura, lejos del calor y la humedad, ya que pueden alterar las características organolépticas del producto, como el sabor, la textura y el olor.
Cortarlo y envasarlo al vacío es una buena opción si se sabe del cierto que se va a tardar mucho en comerse el jamón, ya que así se conserva todo su olor y sabor. En este caso si sería conveniente guardar en un lugar fresco, para que aguante más y mejor.
El corte se debe iniciar por la maza principal. Una vez iniciado, se ha de mantener la superficie lo más uniforme posible con la idea de aprovechar al máximo el jamón.
Para cortarlo se necesitan tres cuchillos: uno grande y fuerte para pelar el jamón y cortar el cuero, un deshuesado que se denomina puntilla para separar el magro del hueso en zonas complicadas, y el cuchillo jamonero.