ENTREVISTA GOVERN
«Los canguros públicos ayudarán a liberar tiempo a las familias»
Un estudio reciente revelaba que uno de cada cinco jóvenes varones cree que no existe la violencia machista. Paradójicamente, las chicas de entre 16 y 29 años son las que más padecen este tipo de agresiones. ¿Qué estamos haciendo mal y cómo se aborda este problema desde la conselleria? Con estos datos sobre la mesa, no podemos pensar que un cambio generacional suponga transitar hacia una sociedad plenamente igualitaria en todos los aspectos.
Se trata de desigualdades, discriminaciones y violencias que son estructurales y parte de lo que implica un sistema patriarcal. Estamos trabajando con el departamento de Educación para que la coeducación impregne toda la programación educativa, incluyendo también en el currículum la educación en sexualidad (tanto en diversidad de las identidades sexuales y de género, pero también en cómo establecer relaciones sexuales sanas desde el respeto y la igualdad, rompiendo tabús). El trabajo en las escuelas se complementará con una estrategia nacional de prevención que va dirigida a poner el foco en la identificación de las violencias más cotidianas.
Las administraciones públicas también tenemos que aprender a corresponsabilizarnos de ellas. No erradicaremos la violencia machista si no trabajamos todos y todas en su desligitimización.¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en las mujeres?Hemos elaborado diferentes estudios que indican que las mujeres, especialmente durante el confinamiento, aumentaron el tiempo dedicado a los cuidados. Se acentuó la brecha en relación a los hombres en cuanto a labores domésticas y el cuidado de niños o personas mayores.
También sabemos que las herramientas de teletrabajo están aquí para quedarse y, aunque nos han permitido salvar muchas barreras, no podemos hacer una regulación de este modelo de trabajo sin una perspectiva de género. Si no se asegura una desconexión correcta y si se garantizan estos servicios de acompañamiento a los cuidados, el teletrabajo no es una medida de conciliación, especialmente para las mujeres. Precisamente, entre estas medidas de conciliación se encuentra el plan de canguros públicos.
Sí, supone un cambio de paradigma. El objetivo es que los poderes públicos nos corresponsabilizemos de las tareas de cuidado y que no las dejemos solo en manos de las familias. Y con ello hacemos especial referencia a las mujeres, sobre quienes la sociedad todavía atribuye la mayoría de estas labores.
Con esta inversión de 20 millones de euros en el conjunto de Catalunya, que para la demarcación de Lleida son 1,2 millones, se trabajará directamente con los municipios y consells comarcals. Son servicios de cuidados de proximidad dirigidos a menores de 0 a 14 años, fuera del horario escolar. Por tanto, estamos hablando tanto de servicios de acogida, ludotecas, campamentos, colonias y otras actividades de ocio fuera del periodo lectivo que permitirán liberar tiempo a las familias y que los municipios pueden diseñar a partir de estos parámetros comunes establecidos.
También es muy importante la creación de una ocupación de calidad en el ámbito del cuidado, muy feminizado y precarizado, a menudo practicado de forma informal. En este caso no será así, habrá una ocupación de calidad y además se acreditarán competencias profesionales en este ámbito. En el último año se ha empezado a resolver la falta de opciones en Lleida para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo.
¿Cuáles son ahora los principales obstáculos? Desde el inicio de la legislatura, hemos ido avanzando en esta equidad territorial. En la Catalunya Central y Lleida ya es posible el aborto quirúrgico. Han ido aumentando también los puntos donde se practica el aborto farmacológico, como en Tremp, Vielha, La Seu y Puigcerdà.
Y esta ampliación tiene que seguir. No es suficiente. Lo que hace falta es garantizar la posibilidad de acceder al aborto tanto farmacológico como quirúrgico en todo el territorio.
Y estamos trabajando en ello.