HISTORIA MEMORIA
Resarcir a las acusadas de brujería
Cinco municipios leridanos acogerán actos de reparación a mujeres juzgadas y condenadas bajo la acusación de brujas || La primera ley en Europa de esta cacería se firmó en Àneu en 1424
El Parlament dio luz verde ayer a una resolución inédita al instar al Govern a reparar la memoria histórica de las mujeres asesinadas por brujería en Catalunya, en un acto de reconocimiento a las “víctimas de una persecución misógina”. El fenómeno de la caza de brujas de los siglos XV y XVII es ampliamente conocido en gran parte de Europa y el Pirineo leridano fue una de los orígenes. La primera ley europea documentada contra la brujería se redactó en Les Valls d’Àneu en 1424.
Como acto de reparación, la diputación de Lleida y Sàpiens organizan este año cinco actos de desagravio a las mujeres que sufrieron la represión por brujería. El eje de estas acciones será la proyección del documental Bruixes, la gran mentida, que TV3 emitió el martes y en el que ha colaborado el área de Igualdad de la Diputación. La diputada de Igualdad, Helena Martínez, remarcó que la voluntad es “contribuir a un ejercicio de reparación de justicia histórica” y señaló que esta represión “es origen de muchas de las actitudes machistas que todavía perduran” en la sociedad.
En marzo, Cervera acogerá uno de estos actos de reparación, en colaboración con el ayuntamiento. En la capital de la Segarra constan cinco mujeres juzgadas por el tribunal de la Batllia de Cervera. En Bossòst, en la Val d’Aran, se hará en primavera, reivindicando el Pla de Bruishes, un lugar en el que estaba extendida la creencia de que se celebraban aquelarres.
En La Seu d’Urgell, donde están acreditadas 12 mujeres juzgadas, tendrá lugar en junio. En octubre, Bellcaire d’Urgell rendirá homenaje a Joana Rosella, juzgada y ejecutada en 1547, así como a otras once mujeres juzgadas en la Noguera. El ciclo se cerrará en Torrefarrera, donde se recordará a Antònia Balaguera, condenada a azotes y destierro, y otras 12 mujeres juzgadas por brujería en el Segrià.
El Parlament insta a poner nombres de mujeres acusadas a las calles
El Parlament aprobó ayer una propuesta de resolución, presentada conjuntamente por los grupos de ERC, Junts, la CUP y los comuns, en la que se insta al Govern a “reparar la memoria histórica, dignificar y revindicar” a las mujeres acusadas de brujería. La propuesta se aprobó en el pleno con los votos favorables de todos los grupos parlamentarios, el ‘no’ de Vox y el PP y la abstención de Cs. En el texto de la propuesta se emplaza a los ayuntamientos catalanes a revisar el nomenclátor de sus calles e incluir nombres de mujeres del municipio que hayan sido condenadas por brujería.
También se pide impulsar estudios académicos con perspectiva de género sobre la persecución de mujeres “injustamente condenadas, ejecutadas y reprimidas a lo largo de la historia”. Asimismo, la propuesta muestra el compromiso de la cámara catalana con la campaña No eren bruixes, eren dones, impulsada por la revista Sàpiens, en la línea de otros países como Escocia, Noruega o Suiza.nUna investigación del historiador de Tremp Pau Castell y la revista Sàpiens ha podido documentar los juicios a 700 mujeres que fueron asesinadas acusadas por brujería en Catalunya, decenas de ellas en las comarcas leridanas. En el documental Bruixes se recrea el juicio a Jerònima Hugueta, la Carabassera, en La Seu d’Urgell, y se conecta la represión de los siglos XV y XVII con la violencia de género actual.
Los historiadores señalan que Catalunya se facilitó el fenómeno por el trasiego de personas foráneas y por ser un territorio feudal donde los alcaldes tenían poder absoluto. La mayoría eran mujeres que hacían prácticas medicinales o eran comadronas.
Catalunya, lugar de paso y con un poder absoluto de señores feudales
nUna investigación del historiador de Tremp Pau Castell y la revista Sàpiens ha podido documentar los juicios a 700 mujeres que fueron asesinadas acusadas por brujería en Catalunya, decenas de ellas en las comarcas leridanas.
En el documental Bruixes se recrea el juicio a Jerònima Hugueta, la Carabassera, en La Seu d’Urgell, y se conecta la represión de los siglos XV y XVII con la violencia de género actual. Los historiadores señalan que Catalunya se facilitó el fenómeno por el trasiego de personas foráneas y por ser un territorio feudal donde los alcaldes tenían poder absoluto. La mayoría eran mujeres que hacían prácticas medicinales o eran comadronas.