Lleida ya tiene dos mascotas por cada niño de menos de 10 años

Si un hecho ha demostrado la pandemia, entre otras muchas cosas, ha sido los beneficios emocionales que aportan los animales de compañía. Tanto es así que la tenencia de mascotas en las comarcas leridanas no para de crecer y el Arxiu d’Identificació d’Animals de Companyia de Catalunya (AIAC), que gestiona el Col·legi de Veterinaris de Catalunya, contabiliza ya más de 95.700 en la provincia, lo que supera el doble de los 45.919 niños menores de 10 años que hay empadronados actualmente. Solo en el último año, aumentaron un 3,8% los animales de compañía, con una media de 9 identificaciones con chip al día en las comarcas leridanas.

El perro sigue siendo el animal predilecto como mascota (87.731), seguido de lejos por los gatos (7.119) y los hurones (851). En este sentido, cabe recordar que la ley de Protección de los Animales de Compañía establece la obligatoriedad de identificar a estos tres grupos de animales, un “gesto de responsabilidad por parte del propietario hacia el animal y la sociedad” que también puede ayudar a recuperar a las mascotas en caso de que se pierdan. Y es que, según los datos recogidos por el Consell de Col·legis Veterinaris, ocho de cada diez de los animales que se localizan perdidos en la calle en el conjunto del territorio y que están identificados son devueltos a su propietario.

El AIAC, la base de datos más extensa de Catalunya, cuenta con un total 1.500.000 animales inscritos. Dispone de un servicio de atención continuada los 365 días en el año y está dotada de los recursos técnicos necesarios y del personal adecuado para mantenerla actualizada y operativa en todo momento. Aunque en los últimos años han aumentado las adopciones y compras de mascotas, no se han reducido los abandonos, un problema agravado por los efectos socioeconómicos de la crisis de la Covid-19.

Los animales dejan de ser considerados “cosas” y ya son “seres sintientes”

Desde el pasado 5 de enero, los animales dejaron de considerarse “bienes inmuebles o cosas” para reconocer su naturaleza de “seres sintientes”. La aplicación de esta nueva normativa supone que los animales domésticos no pueden ser embargados, hipotecados o separados de sus dueños en caso de falta de acuerdo en separaciones o divorcios. Se trata de la ley 17/2021, que modifica el Código Civil adaptándolo a la verdadera naturaleza de los animales y a las relaciones que se crean entre ellos y los seres humanos.

La norma contempla divorcios o separaciones en las que, tras la ruptura, ambos miembros de la expareja deseen seguir haciéndose cargo de la mascota. A partir de ahora, de no llegar a un acuerdo previo, se garantizará la protección del animal frente al sufrimiento que pudiera suponer alejarlo de su hogar y de la vida que llevaba hasta el momento. La ley establece los criterios a los que deben atenerse los jueces al tomar la decisión de a quién entregar al animal, teniendo en cuenta el interés de los miembros de la familia y el bienestar de la mascota.

Contempla también el reparto de los tiempos de convivencia y de las cargas asociadas al cuidado del animal. Además, la existencia de malos tratos a animales o la amenaza de causarlos para controlar o victimizar al cónyuge o a los hijos, se une a las causas por las que la justicia podrá decidir no otorgar la guarda compartida de las mascotas. Con esta nueva ley, también se evitarán situaciones como que, en caso de accidente de tráfico, los animales tengan la misma consideración que una maleta y no exista obligación de atenderlos.

La normativa se aprobó de manera definitiva en el pleno del Congreso el 2 de diciembre, a partir de una proposición de Ley del PSOE y Unidas Podemos. Salió adelante con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, excepto el PP y VOX.