Los beneficios de comer calçots
El calçot es un vegetal con un aporte energético muy bajo, sólo 35 kcal por 100 g. Se trata de un alimento muy rico en agua y fibra, y con unas cantidades medias de vitaminas y minerales.
Además, parte de su contenido es mucha agua, fibra, minerales y vitaminas. Es por ello que uno de los beneficios del calçot es que apenas aportan grasas, al igual que los puerros y las cebollas. El calçot crudo es un 90% agua, por lo que nos ayuda a hidratarnos y depurarnos, sin aportarnos grasas ni calorías.
La cebolla siempre ha sido un alimento fundamental para el buen funcionamiento del organismo, por lo que, el calçot, como los demás tipos de cebollas, tiene una gran cantidad de hierro, calcio, fósforo y magnesio, y una importante cantidad de vitaminas B, C y E.
El calçot también se caracteriza por ser fácil de digerir, ayudando a regular el tránsito intestinal. Otro de los beneficios del calçot es que ayudan a bajar el colesterol y los niveles de triglicéridos en sangre, por lo que favorecen y garantizan una correcta presión sanguínea.
La estacionalidad del calçot comienza en el mes de noviembre y se alarga hasta la primavera, por lo que durante esos meses es cuando podemos disfrutar de las propiedades probióticas de este alimento.
Los 4 principales beneficios para la salud de los calçots
- Antioxidante: por su contenido en flavonoides y polifenoles, unas sustancias que contrarrestan el efecto de los radicales libres. Este efecto ha sido motivo de un estudio específico por parte de la UPC que demuestra que tanto la cebolla como el calçot tienen contenidos elevados en polifenoles, que contribuyen a reducir el efecto oxidativo de los radicales libres que dan lugar a la envejecimiento celular.
- Antisépticos y detox: su riqueza en sulfuros (derivados del azufre) nos purifica, porque elimina los metales pesados y los parásitos, y ayuda a mejorar el metabolismo de las proteínas y los aminoácidos.
- Antibióticos naturales: limpian las arterias y retardan el crecimiento de virus, hongos, bacterias y otros organismos patógenos que proliferan cuando la dieta no está bien equilibrada o nos vemos expuestos a situaciones difíciles, como suele ocurrir durante el invierno. Por esta razón los calçots se consideran antibióticos naturales.
- Mejoran la circulación sanguínea: Los componentes del azufre de los calçots mejoran la circulación sanguínea, hasta el punto que se utilizan para mejorar enfermedades como la hipertensión, la arteriosclerosis, la angina de pecho y otras relacionadas con la mala circulación.