¿Por qué se comen cristines por Sant Blai?

La festividad de Sant Blai, el 3 de febrero, es una de las grandes celebraciones del ciclo invernal. Muchas poblaciones celebraban antiguamente este día su fiesta mayor y son bastante las costumbres vinculadas a la jornada, el más conocido, la bendición de alimentos diversos (panes, pasteles, manzanas, cocas, etc) y en Lleida, las populares cristines.

Según la creencia popular, los alimentos bendecidos protegen contra el dolor de garganta. Esta tradición procede de uno de los milagros de Sant Blai, que según parece salvó la vida de un niño que se había atragantado con una espina de pescado y que su madre ya le llevó|trajo muerte mientras conducían al santo al martirio; por eso es considerado el abogado del dolor de garganta.

Por este motivo, cada 3 de febrero muchas poblaciones tienen la costumbre de bendecir los alimentos, y en especial los dulces en las parroquias. Se consideraba que los alimentos bendecidos este día tenían propiedades curativas para las personas —dolor de garganta— y los animales, por eso antiguamente incluso se portaban a bendecir las algarrobas que se daban al ganado.

Así lo recoge el Calendario Folclórico de Urgell de Valeri Serra i Boldú: "es costum en aquest dia mejar beneit, es dir, menjar raims, panses, aurelletes, pa, pomes i ametlles qe’s beneixen del tot solemnialment, despres de la missa, tenint destapades les cistelles o paneres aon se guarden los fruits, i encenent les candeles repartides en la festivitat de ahir (la Candelera). Los pagesos, ademés que per a les persones, preguen per les bèsties, i aixis en la benedicció dels fruits, l’hi porten un cabacet d’ordi.”

En las tierras de Ponent, es tradición consagrar las típicas cristines, dulces rellenados de nata, crema o trufa. Gremi de Forners de les Terres de Lleida confía vender este año más de 25.000 cristines de Sant Blai, una cifra similar a la del año 2019.