INICIATIVAS COOPERATIVAS
Talleres de cosmética con espera
Más de 40 artesanas quieren acceder a las únicas instalaciones compartidas de Catalunya, en Montgai y El Poal || En el centro del Pla, han empezado las obras para abrir en pocos meses
Más de cuarenta artesanas de cosmética natural de toda Catalunya, parte de Aragón e incluso las Islas Baleares, están en lista de espera para poder acceder a uno de los dos únicos talleres compartidos que existen en Catalunya, ambos ubicados en la demarcación de Lleida. Estos talleres, gestionados por asociaciones cooperativas y que disponen de técnicos y equipamiento específico, permiten a las artesanas disponer de los certificados y permisos sanitarios oficiales para cumplir con la normativa europea de producción cosmética y vender así sus productos legalmente en el mercado. Se trata básicamente de jabones, aceites, emulsiones, ungüentos, bálsamos medicinales y perfumes naturales.
El taller de Montgai, en la comarca de la Noguera, que se inauguró en 2015, cuenta actualmente con veinte artesanas trabajando, pero tiene una lista de espera de hasta treinta más que, según cálculos de la cooperativa que lo gestiona, deberán esperar un mínimo de tres años para aspirar a acceder a sus instalaciones. Durante los primeros años de existencia, el taller funcionaba con 25 artesanas, pero las dimensiones de este pequeño obrador obligaron a reducir el número de integrantes a solo veinte. “El servicio que aportamos sería inasumible para una pequeña artesana y por ello tenemos tanta demanda”, explica Elena Escamilla, la actual presidenta del taller de Montgai, ubicado en un edificio alquilado por el ayuntamiento.Y es que, según asegura la presidenta, sacar un producto cosmético al mercado puede costar como mínimo 1.000 euros.
“Disponer de un expediente evaluador de seguridad, hacer pruebas que aseguren los conservantes del agua, la materia prima y la necesidad de disponer de una “sala blanca” que cumpla con las normas sanitarias son algunos de los requerimientos antes de empezar”, explican las responsables de la cooperativa, que justifican así la necesidad de organizarse en un obrador compartido.El taller de Montgai, que cuenta con un sistema de funcionamiento en forma de asamblea, requiere a sus miembros el pago de una cuota de entrada de 1.500 euros. La mitad de este importe se devuelve cuando se dan de baja, al menos cinco meses después de su ingreso. Las personas que ya trabajan solo tienen acceso al taller un máximo de dos días al mes y pueden prorrogar su permanencia en la cooperativa de forma indefinida.
“Pero somos flexibles y aceptamos que una artesana use el taller algún día más si hay posibilidades”, explica Escamilla. En el Poal, el Pla d’Urgell, la cooperativa Avantva está ultimando los preparativos para abrir otro taller en los próximos meses y cuenta ya con otras quince artesanas esperando, también procedentes de distintas partes del territorio catalán. Está previsto ubicarlo en Cal Graells, una masía del siglo XVIII del municipio del Pla que, aunque de propiedad privada, es un monumento protegido, declarado Bien Cultural de Interés Local.
El taller del Pla tendrá dos salas y descongestionará el de la Noguera
El ayuntamiento de El Poal ha dado recientemente los permisos a la cooperativa para empezar las obras y sus responsables calculan que el taller estará operativo en pocos meses. “Queremos abrir dos salas, una para jabones y otra para cosmética sólida y un secador”, explica una de las responsables, Esther Girabet. Esta apertura permitirá descongestionar el taller de Montgai y satisfacer una demanda que parece no estar atendida por ninguna otra asociación de Catalunya.
“Hay empresas que alquilan sus talleres, pero no ofrecen el derecho de compartir su gestión”, clarifica Girabet. La iniciativa se anunció hace ya más de un año, pero el permiso para su construcción se ha demorado más de lo previsto.