Preservar la memoria en Bellaguarda

El ayuntamiento de Bellaguarda, en la comarca de Les Garrigues, quiere instalar, sobre su antiguo cementerio, un pilar de 1,8 metros de altura con los nombres escritos de todas las 1.700 personas que murieron entre 1842 y 1921 y están allí enterradas. Durante este periodo estuvo operativo este cementerio, ya clausurado, una zona en la que está construido en la actualidad el nuevo tanatorio municipal. El consistorio de Bellaguarda tiene ya lista una maqueta de pequeñas dimensiones, diseñada por una empresa de Lleida, y busca ahora financiación para poder hacer frente a los 8.000 euros que valdría construir el monumento.

Se trata de un pilar de tres caras, montado con hierro oxidado y con todos los nombres y apellidos de los difuntos impresos en color blanco. Maria Rosa Reig, Ramon Filella, Rosa Piñol, Ramon Vilalta, Caridad Abella y Savina Vilalta son algunos de los 1.700 nombres que varios historiadores locales han podido recopilar tras años de investigación, mayoritariamente buscando en los registros de defunciones del archivo municipal.“Queremos rendir un homenaje a todos aquellos que siguen enterrados bajo nuestro tanatorio y así recordarlos para siempre”, argumenta el alcalde de esta localidad de Les Garrigues, Olegari Alberich, que planea levantar este pilar en el mismo jardín del tanatorio. El primer edil asegura que negociará con diversas instituciones para lograr financiación y poder llevar a cabo la construcción de dicho monumento.

En este sentido, Alberich asegura que responsables del Memorial Democràtic “han mostrado su interés para ayudar de alguna manera en el proyecto”. De hecho, el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya publicó hace unos días una resolución en la que se abría la convocatoria para la concesión de subvenciones a los entes locales para proyectos dirigidos a recuperar la memoria democrática, con un importe de casi 200.000 euros.

El tanatorio conserva lápidas expuestas en el exterior

El tanatorio municipal de Bellaguarda, que se construyó el pasado verano sobre este antiguo cementerio, fue asimismo una obra que intentó respetar la memoria de sus difuntos, conservando algunas de las lápidas más importantes, que ahora están expuestas en el exterior del edificio.

La obra tuvo un coste de unos 120.000 euros, financiados en su 80% por la Diputación de Lleida. El edificio consta de dos salas de velatorio y amplios ventanales que permiten observar gran parte de la comarca y sus característicos aerogeneradores. Desde su inauguración, el tanatorio solo se ha utilizado una vez.

Anteriormente, las familias tenían que celebrar los velatorios en sus propios domicilios.Los cementerios acogen todo tipo de monumentos de homenaje, sobre todo para los fallecidos durante la Guerra Civil, muchos de ellos aún en fosas. También cada vez más camposantos de las comarcas leridanas acogen monumentos por el duelo perinatal.