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Empiezan a juzgar a un hombre por dejar morir su pareja por un ataque diabético y grabarla agonizante en Viladecans

La fiscalía le pide prisión permanente revisable y la defensa alega que pensaba que era una intoxicación por|para drogas

La Audiencia de Barcelona juzga con jurado popular a un hombre acusado de dejar morir por hiperglucemia su pareja en Viladecans en el 2019.

Empiezan a juzgar a un hombre por dejar morir su pareja por un ataque diabético y grabarla agonizante en ViladecansACN

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Un jurado popular ha empezado a juzgar este lunes en la Audiencia de Barcelona a un hombre acusado de dejar morir a su pareja en Viladecans (Baix Llobregat) en junio del 2019 por un ataque diabético. La mujer sufrió una subida de azúcar y pidió ayuda al hombre, también diabético, que fue hasta su piso pero no le dio nada ni llamó a emergencias. Además, la grabó en vídeo mientras agonizaba durante horas hasta morir. La fiscalía pide prisión permanente revisable para el hombre, que también está acusado de maltratar previamente a la víctima con varias agresiones. La defensa alega que el hombre pensaba que era un ataque debido a las drogas y el alcohol, como otras veces, y que fue la mujer quien le dijo que no llamara a nadie.

Según la fiscalía, el acusado y la víctima empezaron una relación sentimental sin convivencia en febrero del 2019, y a menudo dormían juntos en el domicilio de la mujer, en Viladecans. Ya desde el inicio de la relación, y con una frecuencia que fue aumentando con el tiempo, el acusado, con el fin de afirmar su supuesta superioridad, controlaba todo lo que hacía la mujer, le recriminaba públicamente que hablara con otros hombres, se mostraba celoso y posesivo, la insultaba y agredía y a menudo generaba grandes escándalos en público y en privado.

Todo eso generó en la víctima un creciente sentimiento de inferioridad y ambivalencia emocional respecto del acusado, y la aisló, cosa que le impedía afrontar lo que le pasaba ni pedir ayuda a nadie. También le hizo temer por su propia integridad física y la de su hijo menor de edad. Eso hizo que pocas semanas antes de su muerte, pidiera al padre del niño que se lo llevara a vivir con él a Ciudad Real. También se bajó una aplicación a su teléfono móvil para grabar las llamadas telefónicas.

Así, el 19 de abril, durante una discusión, el hombre la agredió en las costillas. La mujer fue al médico pero ocultó el origen de las lesiones. El 26 de abril, el hombre insultó y agredió otra vez a la mujer, que, en un mensaje de voz enviado por whatsapp al acusado le reprochó de forma muy emotiva. La noche del 14 al 15 de junio se discutieron en el exterior de un bar y el hombre empujó e insultó a la mujer. Poco rato después el hombre pegó en la cara a la mujer y en la parte superior del cuerpo, cosa que le provocó una inflamación de cara y ojos al día siguiente.

Estas lesiones y la vergüenza de saber que la mayoría de su entorno sospechaba de las agresiones, la hundió física y emocionalmente a partir del 16 de junio. Dejó de ir a trabajar al bar que regentaba, se encerró en casa sin casi hablar con nadie y se despreocupó de su alimentación y de la diabetes tipo 1 que sufría desde hacía tiempo por el consumo abusivo de cocaína. Todo eso provocó que la tarde noche del 17 de junio empeoró progresivamente su estado físico. Cuándo se dio cuenta de la situación de creciente debilidad, tenía vergüenza de avisar a sus familiares para que no se dieran cuenta de que había sido agredida.

Por eso, intentó contactar varias veces con el acusado para pedirle ayuda. Pudo hablar varias veces entre las 21.30 y las 22.45 horas de aquella noche. El acusado fue al domicilio de la víctima voluntariamente para ayudarla, y llegó a las 22.50 horas. Una vez allí, y sabiendo la enfermedad que sufría la mujer y el sufrimiento que tenía, ya que él también es diabético y tiene estudios en odontología, se dio cuenta de que la víctima estaba mareada, respiraba de forma agitada, estaba cansada, sudaba, no controlaba los esfínteres, tenía dificultades para moverse y hablar, y tenía mucha sed. Viendo que era la única persona que podía ayudar a la víctima, y sabiendo del riesgo que sufría la mujer, contempló "impasible" y hasta las 3.39 horas el deterioro físico de la víctima, que quedó semiinconsciente.

Ni tan sólo le controló el nivel de azúcar con un glucómetro y tampoco llamó a emergencias. La hiperglucemia que tenía la mujer le provocó un fallo multiorgánico y la muerte.

Durante aquellas cinco horas, la mujer le suplicó ayuda, pero el hombre se mostró impasible. Durante aquellos ratos, la grabó en vídeo hasta 15 veces con su teléfono móvil donde aparentemente se lo veía ayudando a la mujer, aunque en realidad no hacía nada para salvarla ni llamó a emergencias. La grabó mientras se deterioraba, desnuda y desfallecida, intentando pedir ayuda sin obtener respuesta.

El acusado, que tiene antecedentes penales susceptibles de cancelación, se levantó por la mañana y primero fue al taller de coches y después fue a la policía a explicar los hechos. Fue arrestado tres meses después, el 19 de septiembre.

Por todo eso, se lo acusa de cuatro delitos de maltrato, a uno de maltrato habitual, uno contra la intimidad y uno de asesinato con ensañamiento con las agravantes de víctima vulnerable, motivo de género y parentesco. La fiscalía le pide prisión permanente revisable, además de 11 años de prisión por|para los delitos menores, libertad vigilada durante diez años más, prohibición de aproximación a la familia de la víctima durante diez años, 7.920 euros de multa y 710.000 euros de indemnización a los familiares. También le prohíben el permiso de armas durante 17 años.

Por su parte, la defensa alega que los dos mantenían una relación sentimental abierta y que a menudo abusaban del alcohol y las drogas. De hecho, asegura que el abuso de drogas y las deudas con el bar que regentaba la hicieron caer en una depresión. El consumo de drogas y medicamentos le habría causado, en más de una ocasión, ha dicho, que se diera golpes involuntarios que después no recordaba, y también ataques que la dejaban semiinconsciente. Por eso aquel día el acusado habría pensado que era un ataque más y la gravó con vídeo para enseñarle al día siguiente.

Para el juicio, previsto hasta el lunes de la semana que viene, están citados a declarar como testimonios familiares, amigos y conocidos de víctima y agresor, la exmujer del acusado y el exmarido de la víctima, entre otros, que conocieron la relación entre los dos.

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