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CULTURA ÓBITO

Adiós al cantautor más transgresor

Pau Riba fallece a los 73 años víctima de un cáncer || Artista iconoclasta deja entre su gran legado “Dioptria”, que está considerado como el mejor disco de rock en catalán del siglo XX

Pau Riba actuó el pasado 30 de diciembre en Les Borges e incluso tuvo humor para bromear con la muerte.

Pau Riba actuó el pasado 30 de diciembre en Les Borges e incluso tuvo humor para bromear con la muerte.ALBERT GONZÁLEZ

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El cantautor Pau Riba, figura de referencia del movimiento contracultural, falleció ayer a los 73 años, víctima de un cáncer, enfermedad que había desvelado que sufría en diciembre pasado. La muerte de este cantautor transgresor, escritor iconoclasta y artista total provocó un aluvión de condolencias desde el mundo cultural, político y de la sociedad civil catalana. Riba, que tenía cinco hijos y vivía en Tiana (Barcelona), explicó en diciembre que tras seis meses de intensas molestias y una errónea diagnosis de dolor psicosomático por parte de su doctora de cabecera, en octubre fue hospitalizado con un diagnóstico de cáncer de páncreas y que el tumor no podía ser extirpado.Nacido en Palma de Mallorca en 1948, en el seno de una familia burguesa, cristiana, culta y catalanista, Riba desarrolló la mayor parte de su carrera en Catalunya, donde se erigió en un referente de la cultura alternativa.

Inició su carrera en los años 60 y se convirtió en una de las voces más reconocidas de la música en catalán, con una treintena de discos, si bien también publicó una quincena de libros, entre ellos algunos poemarios.Nieto del poeta y humanista Carles Riba y de la poeta Clementina Arderiu por vía paterna, y del diputado y fundador de Unió Democràtica de Catalunya Pau Romeva por vía materna, Riba conservó de su estirpe el amor por la poesía. Empezó siendo una oveja descarriada, llegó a ser un gurú que anunciaba una nueva forma de vivir y de cantar y acabó sus días siendo referente indiscutible de la cultura catalana que intentó destruir y padre involuntario del rock catalán.“¿Crees que ayudas a la cultura catalana”, le preguntó el periodista Àngel Casas en el festival de Canet en 1975. “Sí -respondió-, destruyéndola”.Joven poeta en horas libres y diseñador gráfico de profesión, empezó en la industria musical diseñando las portadas de los discos de Lluís Llach, Guillermina Motta y Maria del Mar Bonet en la discográfica Concèntric, la misma con la que en 1967 grabó su primer EP de tres canciones, con Taxista! en la cara uno y El matí de Sant Esteve y Aquest carrer m’és prohibit en la cara dos.

El germen de la crítica social y política que marcará su carrera ya estaba en ese disco y Pau Riba pidió entrar a formar parte de Els Setze Jutges, un colectivo que, con Lluís Llach a la cabeza, estaba rompiendo barreras, pero fue rechazado porque su estilo musical estaba más cerca de Bob Dylan que de George Brassens.Su respuesta fue crear el Grup de Folk, una alternativa de la que formaron parte Jaume Sisa, Xesco Boix, Oriol Tramvia y Ovidi Montllor.El espíritu de Mayo del 68 estaba en el ADN de este grupo, que fue punta de lanza en Catalunya de una de una revolución juvenil que cambio las costumbres.Tras Taxista! y un libro titulado Cançons i poemes, con prólogo de Raimon, Pau Riba publicó en 1970 Dioptria, considerado el primer disco de rock en catalán y premiado como el mejor disco en catalán del siglo XX por la revista musical Enderrock.

Publicó una veintena de discos en los que conservó su espíritu contracultural y combativo siempre

La última actuación de Pau Riba en Lleida tuvo lugar hace poco más de dos meses, el pasado 30 de diciembre, cuando ya había hecho público que padecía cáncer. Fue en el bar Slavia de Les Borges Blanques y los asistentes disfrutaron del espectáculo Jizàs de Netzerit, que hacía ya más de veinte años que llevaba a los escenarios junto al grupo musical De Mortimers Reconocimiento al “artista total” e “icono” de varias generaciones

El mundo cultural definió ayer a Pau Riba como un “artista total” y un “icono” que ha creado un imaginario que ha acompañado a varias generaciones y que perdurará “para siempre”. El el president de la Generalitat, Pere Aragonès, destacó a Riba como un “personaje iconoclasta, que iba en la línea contraria de lo que todo el mundo esperaba” y que “deja huella”.

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, remarcó la “gran influencia, trayectoria transgresora e impulso a la innovación musical” por parte de Riba, así como su contribución a la “renovación de la cultura catalana”.“Compositor, letrista y todo un referente para la música y la cultura de nuestro país. Para siempre y hasta siempre”, destacó la Sociedad General de Autores de España en Catalunya. Los responsables del festival Canet Rock, donde Riba se dio a conocer en 1975 con su mítica interpretación de Licors, se sumaron al reconocimiento del cantautor: “Nos deja uno de los músicos y compositores del siglo XXI más importantes para nuestro festival y para la historia de nuestro país.

Un icono que vivirá con nosotros para siempre”.El Museo de las Artes Escénicas de Catalunya le definió como un “artista total” y resaltó que también se le recordará por algunos musicales de teatro independiente en los que participó, como Els pispes, de 1977, y a finales de los 80 e inicios de los 90 en colaboración con Teatre de l’Ocàs. Desde Òmnium Cultural, su presidente, Xavier Antich, dijo que hay artistas que cambian al mundo, y que Riba es uno de ellos. El Gremi de Llibreters le calificó como “icono ‘cósmico’ de nuestro país”.

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