Peligra la producción de dulces y otros productos que dependen del aceite de girasol

La ofensiva de Rusia en Ucrania no sólo ha provocado un incremento de los precios del petróleo o la luz, sino que también ha afectado de lleno a las importaciones de aceite de girasol. El precio del litro de este producto se ha incrementado ante el repunte de la demanda en los últimos días, con el objetivo de evitar posibles situaciones de desabastecimiento. Algunos supermercados incluso han racionado la venta del aceite de girasol, aunque organismos como Facua o la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han criticado estas medidas porque además de generar alarma, incrementa aún más el precio del producto.

Por otra parte, las industrias que depende en gran medida del aceite de girasol para la elaboración de sus productos se encuentran en una situación difícil. Entre ellas se encuentran por ejemplo, los dulces industriales (galletas, bollería y pastelería), la industria panificadora, que emplea este aceite para la elaboración del pan de molde, y también el sector conservero, que emplea aceite de girasol para diferentes tipos de conservas, como por ejemplo, atún, sardinillas, bonito o zamburiñas, entre otras.

Desde estos sectores alertan de que la producción se puede ver completamente afectada de cara a las próximas semanas, ante los problemas existentes con respecto a la importación de aceite de girasol. Es la alerta que lanza Rubén Moreno, director general de la patronal Produlce, que agrupa a empresas como Nestlé, Lindt, Gullón o Bimbo.

En la base de datos Open Food Facts pueden consultarse los productos de venta en España que incluyen este ingrediente. Más allá de patatas fritas, snacks y bollería industrial, hay preparados llamativos: Muesli, Alioli, pan de molde integral, tomate frito, seitán, mayonesa, paella, galletas, lasaña preparada, hamburguesa vegetal y un sinfín más de productos.

Ante esta situación de emergencia, los departamentos de I+D de las empresas trabajan con ahínco en la búsqueda de alternativas con otros tipos de aceites vegetales, aunque es complicado por la dificultad de adaptar las recetas de forma exprés y que el resultado sea lo más parecido posible al original. Los productos más afectados, según la asociación, son las galletas, bollería y pastelería, productos de panificación como el pan de molde y todos los que cuenten con coberturas de chocolate o rellenos.

Ante los posibles problemas de desabastecimiento con el aceite de girasol, las empresas tratan de buscar alternativas. Precisamente los dulces industriales son los principales perjudicados a la hora de elegir otro tipo de aceite para la elaboración de productos, ya que la adaptación del nuevo aceite empleado para las recetas de estos alimentos no sería la misma que con el aceite de girasol. Junto con la posibilidad de utilizar aceites vegetales como el de palma o el de coco, podría haber problemas también con el etiquetado de los productos, y que obligaría a las empresas a cambiar de miles de productos en toda Europa. Esto tendrá irremediablemente un empuje para el mercado del aceite de oliva, del que el Estado español es el mayor productor mundial. El problema es que en la industria alimentaria, sobre todo en la del dulce, no es una alternativa viable dado su efecto sobre el sabor original de los productos.

Además, habría que buscar una solución para el etiquetado, ya que un reglamento europeo exige indicar obligatoriamente el aceite que se utiliza. Si hay un cambio de urgencia en la fórmula, será imposible cambiar etiquetas y envasado. Sobre todo porque se puede dar el caso de emplear distintos aceites incluso en función de cada lote, porque no existe una alternativa que pueda abastecer toda la producción. El mayor reto es el rediseño y que las imprentas sean capaces de realizar cientos de miles de referencias en toda Europa.