Un cubista con lazos en Lleida

Una exposición en el Institut d'Estudis Ilerdencs descubre los lazos que mantuvo el artista cubista de Montblanc Maties Palau Ferré (1921-2000) con las comarcas leridanas durante la segunda mitad del siglo XX. La muestra, que puede visitarse hasta el 3 de abril, exhibe pinturas y esculturas que Palau Ferré creó especialmente para Lleida.

El año pasado se conmemoró de forma oficial el Any Palau Ferré en el centenario del nacimiento de este pintor, escultor y ceramista de Monblanc, uno de los artistas más singulares del arte catalán del siglo XX. El Institut d’Estudis Ilerdencs no ha querido dejar pasar la oportunidad para sumarse a las actividades de difusión del creador tarraconense dando a conocer también sus estrechos lazos con las comarcas de Lleida a través de la exposición Palau Ferré.

Vincles essencials. En el acto inaugural, a finales del mes pasado, el director del IEI, Joan Josep Ardanuy, aseguró que esta “es una buena oportunidad para redescubrir a un pintor singular del arte catalán del siglo XX, y de conocer la geografía leridana del artista a través de proyectos singulares, conexiones culturales y amistades personales cultivadas durante la segunda mitad del siglo XX en Cervera, Vallbona de les Monges, Solsona, Artesa de Segre, Belianes, Maials o La Seu d’Urgell”. La exposición, que cuenta con el apoyo del Museu de Cervera, el Museu Tàrrega-Urgell y el Museu de Cambrils, podrá visitarse en la sala Zona Zero del IEI hasta el 3 de abril.

El visitante podrá disfrutar de una mirada panorámica a la ‘conexión’ con Ponent de Maties Palau Ferré (1921-2000), tanto con obras de encargo como por su relación de amistad con el poeta e intelectual de Cervera Jaume Ferran (1928-2016). A lo largo de sus vidas, ambos compartieron proyectos culturales: Palau Ferré retrató a la esposa del poeta –Carmen Rodríguez de Velasco– y el literato dedicó prólogos, artículos y poemas a su amigo cubista.Si Josep Vallverdú recordaba cómo visitaba con sus alumnos el estudio del pintor, Palau Ferré también estuvo vinculado con el arquitecto Daniel Gelabert (Belianes, 1929-2005) desde sus años de formación en Barcelona; con la activista Francesca Solé (Artesa de Segre, 1914-2007), hija del alcalde republicano de Artesa, con quien había coincidido en París; o con quien llegó a ser director general de La Vanguardia, Esteban Sillué (Tremp, 1933). Palau Ferré también fue un artista muy vinculado a los valores sociales.

Es así como, entre otros proyectos, en 1975 donó un cuadro a favor de las personas con diversidad funcional de Lleida; en 1982, una pintura para financiar la restauración del monasterio de Vallbona de les Monges; y en la actualidad la iglesia de L’Espluga Calba luce diversas obras del artista. Sin olvidar el conjunto escultórico de la fachada de la Sagrada Família de La Seu d’Urgell, que tardó 35 años en poder ver colocado ya que en 1959 era “muy moderno”.

Un pintor singular que acabó quemando sus propios cuadros

Maties Palau Ferré nació en Montblanc en 1921 en el seno de una familia de comerciantes y fabricantes de alpargatas.

También eran propietarios de tierras y tenían ciertas inquietudes culturales. Su vocación artística le llevó tras la Guerra Civil a Barcelona para formarse en la Escola de Belles Arts Sant Jordi. Fue un artista muy influido por el cubismo picassiano, por la Barcelona de los Salons d’Octubre y por los años vividos en París, en las décadas de los 50 y 60.

Llegó incluso a exponer en Estados Unidos. Vinculado a los valores de la paz, la libertad y la solidaridad, colaboró con diversas ONG y apoyó proyectos sociales y culturales, algunos de ellos en las comarcas leridanas. Tras una polémica controversia judicial con un empresario que le estafó, durante unos años acabó quemando sus cuadros después de pintarlos.