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SALUD BIOÉTICA

La primera muerte por eutanasia en Lleida, una enferma de ELA de Tàrrega

Una vecina de Tàrrega diagnosticada hace doce años con Esclerosis Lateral Amiotrófica falleció ayer en su domicilio tras ejercer su derecho a la eutanasia. Se trata de la primera persona de las comarcas leridanas en solicitar y recibir esta ayuda par morir desde que entró en vigor la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia el 25 de junio del año pasado

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752437_1.jpgEUROPA PRESS

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Una vecina de Tàrrega ha sido la primera que ha solicitado y ha conseguido ejercer el derecho a la eutanasia en las comarcas leridanas. La mujer,tenía 74 años y sufría Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en fase terminal. Sus familiares afirmaron que “tuvo una muerte plácida y tranquila en su casa, incluso podríamos decir que estaba feliz, como ella deseaba, acompañada por nosotros”. En este sentido, valoraron positivamente haber podido despedirse de ella con tiempo, aunque reconocieron que “son momentos tristes porque ha fallecido un familiar”. Esta vecina de la capital del Urgell falleció ayer a las 10.15 horas, a los pocos minutos de que los sanitarios iniciaran todo el proceso, que consistió en inducirle el coma, ponerle un relajante muscular e inyectándole un medicamento para que sufriera un paro cardíaco.

Para los familiares, lo mejor de haber podido optar por la eutanasia, práctica que la fallecida llevaba años esperando que se legalizase, es que “no ha sufrido, ya que la muerte por ELA es muy dura, la persona que tiene la enfermedad acaba entubada en una cama con respiración asistida y fallece sin poder respirar. Ella era consciente de ello y ha podido morir sin sufrir, sin llegar a estar entubada en una cama”. Los familiares quisieron agradecer el apoyo recibido desde la Fundació Miquel Valls, el CAP de Tàrrega y los hospitales Santa Maria de Lleida y Bellvitge.

En especial a la médica y la enfermera del CAP de la capital del Urgell que le practicaron la eutanasia, que tuvieron un tracto “muy profesional y, sobre todo, humano”, destacaron. La primera leridana que se ha ejercido el derecho a la muerte digna sufría esta enfermedad neurodegenerativa desde hacía doce años y llevaba tiempo deseando que la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia fuera aprobada. En alguna ocasión incluso se había planteado acabar con su vida ya que la afección iba cada vez a peor, aunque finalmente se mostró agradecida de poder haberlo hecho de forma legal.

Según fuentes de la asociación Dret a Morir Dignament (DMD), actualmente se estaría tramitando al menos otra petición de eutanasia en la provincia. Asimismo, explicaron que la mayoría de demandas en Catalunya corresponden a pacientes con patologías neurodegenerativas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica y enfermos con cáncer terminal. El próximo 23 de marzo, la entidad organizará un cinefórum en el Screenbox Funàtic de Lleida con la película Todo ha ido bien.

Nueve meses de despliegue de la ley de muerte digna

Cualquier persona mayor de edad con una enfermedad incurable y que padezca un sufrimiento “constante e intolerable” puede solicitar ayuda médica para morir desde junio del año pasado, cuando entró en vigor la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia. El solicitante elige el médico al que dirige su solicitud y este tiene 15 días para ayudar a esta persona a deliberar sobre su situación y comprobar que cumple todos los requisitos. Luego registra una segunda solicitud y el consentimiento informado que garantiza que quien lo pide conoce perfectamente su situación y su decisión.

Tras este paso, se pide la revisión a un médico consultor sin relación con el paciente que corrobore todo el proceso y, si la decisión es favorable, pasa a la comisión de garantías. En la comisión se designa una pareja de médico y jurista que revisan todo el caso y aceptan o deniegan. A partir de la aprobación, el médico responsable pacta con el solicitante cómo y cuándo morir. Todo este proceso dura un promedio de 41 días. Según el departamento de Salud, en los seis primeros meses de la ley 53 catalanes solicitaron su derecho a la eutanasia. Veintiocho peticiones fueron aprobadas y el resto permanecían en curso.

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