Siete de cada diez personas toman suplementos nutricionales
Algunos pueden tener efectos adversos para la salud
El informe Uso de suplementos nutricionales en la población española, elaborado por la Academia Española de Nutrición y Dietética y la Fundación Mapfre y realizado en más de 2.600 españoles, señala que 7 de cada 10 (un 70%) utiliza este tipo de productos y la mitad de ellos lo hace de forma frecuente. En cuanto a los productos más consumidos, según el estudio, estarán las vitaminas, el calcio y omega 3, seguido por los probióticos. Otros productos muy consumidos son los que se utilizan para la pérdida de peso y los que están compuestos por extractos de plantas, como salvado, ginseng y levadura de cerveza.
El multivitamínico con minerales es el complejo que más se consume, en concreto, el 18% de la población, que lo hace de forma mensual, semanal o diariamente. Una proporción similar de los encuestados también toma probióticos (27,3%), especialmente las mujeres y el grupo de edad de entre 26 y 45 años, y el 28,6%, también mujeres en su mayoría, consume sin prescripción, algún complemento con extracto de plantas o fitoterapia, como, por ejemplo, polen, jalea real y fibra, que suelen adquirirse en herbolarios.
El mayor consumo lo realizan las mujeres, pero también los hombres, en este caso para mejorar el rendimiento deportivo, a través del consumo de barritas y de geles energéticos. Los hombres consumen más barritas energéticas y las mujeres, más preparados para reducir talla. Así lo indica el informe, que pone de manifiesto que 2 de cada 10 personas (19,9%), especialmente hombres entre 18 a 45 años con sensación de tener buena salud, toma productos para deportistas, como barritas energéticas (15%), preparados de proteínas, sueros y batidos (14%), bebidas especiales (13%), y geles de hidratación (9%), que suelen autoadministrarse (sin prescripción médica) y que por lo general se compran por internet.
También el informe señala que el 13,8% ha tomado en el último año productos específicos para perder peso, entre los que destacan los preparados que sustituyen alguna comida del día (11%) o todas (6%). Los consumidores más frecuentes de este tipo de productos, que son prescritos en la mayoría de los casos por dietistas-nutricionistas, son mujeres, entre 18 y 45 años, que consideran su peso, poco o nada adecuado.
El informe clasifica los productos entre los que tienen eficacia, los que tienen dudosa eficacia o no hay suficientes estudios que avalen su uso y los que pueden, incluso, tener efectos adversos en la salud de las personas:
Con efectividad probada
- Ácido fólico: el suplemento nutricional más probado para la prevención de defectos del tubo neural (espina bífida) en el embarazo.
- Cafeína: sin duda uno de los que tiene más evaluaciones positivas y está demostrado que produce una mejora del rendimiento deportivo.
- Vitamina D: mejora el tratamiento de infecciones respiratorias en personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- El uso de suplementos de calcio también puede tener efectos positivos para la prevención de la hipertensión, especialmente en hombres y menores de 35 años y el hierro puede ser eficaz en estados carenciales, como por ejemplo en caso de anemia.
- Los productos de uso médico especial para la pérdida de peso en dietas muy bajas en calorías también son eficaces, aunque los expertos aconsejan utilizarlos siempre bajo control médico.
Con efectividad dudosa
- Los probióticos: solo son eficaces en caso de rehidratación ante diarrea aguda o por consumo de antibióticos, pero hay pocas pruebas que indiquen que pueden ser eficientes frente a infecciones respiratorias, aumento de defensas o pérdida de peso.
- El impacto de la beta-alanina en el deporte, que es una de las sustancias consideradas como mejor evaluadas, se puede ver que pese a que los estudios muestran ligeras mejoras en el rendimiento deportivo, los efectos serían dependientes del tipo y tiempo de actividad física y que algunos podrían deberse a sesgos presentes en los estudios.
- Compuestos ricos en omega-3.En la mayoría de ellos no existen pruebas con calidad suficiente para sacar conclusiones definitivas, aunque se han observado efectos positivos a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares, tratar enfermedades gastrointestinales y mejorar la cognición, entre otros.
- Extractos de plantas: los complejos de extractos de hierbas (en general), así como la glucosamina, el Ginseng y el extracto de ajo, son los productos más estudiados, mientras que las valoraciones relativas a la equinácea, los extractos de arándanos y la alcachofa, son menores y no hay pruebas claras de efectividad para ninguno de esos suplementos.
Con efectos adversos
- Un exceso de vitaminas puede ser perjudicial, como podría ser el caso del calcio o el hierro, y tener consecuencias muy graves, como sería el caso de la vitamina A durante el embarazo, que puede derivar en malformaciones congénitas. Y es que, según se recoge en el informe, una amplia variedad de vitaminas y minerales y sus combinaciones, se han asociado a efectos adversos de significación diversa, variando desde un mayor riesgo de mortalidad en la suplementación con antioxidantes como betacarotenos y vitaminas E y A, o de mortalidad fetal y neonatal en la suplementación con magnesio en mujeres embarazadas. También se ha observado un mayor riesgo de cáncer de próstata y diabetes tipo 2 asociado a la suplementación con selenio, o de cáncer de pulmón en fumadores suplementados en beta carotenos, así como posible aumento del riesgo de ictus con la suplementación combinada de vitamina D y calcio. Además, otros efectos muy comunes de tipo gastrointestinal, se han descrito en el uso de suplementos de vitamina C, hierro, niacina, antioxidantes .
- Extractos de plantas: se han registrado casos de toxicidad hepática aguda, e incluso ha habido fallecimientos por sobredosificación de algunos suplementos.
El informe incide en la necesidad de que los profesionales sanitarios, prescriptores de muchos de estos productos, adquieran las competencias académicas suficientes sobre estos productos para poder basar sus recomendaciones en evidencias científicas.
También considera clave incrementar los conocimientos de los ciudadanos en materia de alimentación y salud para que puedan tomar decisiones informadas y promover la regulación europea vigente, para que la información suministrada al consumidor sea clara, transparente y basada en la evidencia científica, especialmente en lo que se refiere a su eficacia y seguridad.
La información y formación del usuario es clave ya que muchas de las carencias que tienen las personas pueden solucionarse a través de una alimentación sana y con el aumento de determinados alimentos como frutas, verduras o legumbres.