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Los motivos por los que Ucrania gana la guerra informativa, según la UOC

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski

El presidente de Ucrania, Volodimir ZelenskiUKRAINIAN DEFENSE MINISTRY

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Una encuesta de Euroskopia de marzo de 2022 indica que casi el 80% de los europeos considera inaceptable la invasión de Ucrania, y ocho de cada diez estadounidenses apoya las sanciones económicas a Rusia, según un sondeo de la Universidad de Monmouth. "Al inicio de un conflicto, lo más importante es la batalla por el relato, es decir, con quién está la sociedad y a quién culpabilizan y victimizan", explica Alexandre López-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC),

En la misma línea se pronuncia Alberto Quian, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, que apunta a una de las claves: "El uso que Zelenski hace de las tecnologías y canales de comunicación sociales y convencionales de manera ordinaria, como si fuera un ciudadano más." Esta proximidad del líder ucraniano enfrente de la imagen distante de su rival es, según Quian, un elemento decisivo en esta victoria moral.

Una de las características propias de esta guerra es que la desinformación que a menudo sale de las llamadas granjas de troles con ánimo de dividir a la ciudadanía funciona mucho menos que en otros acontecimientos (Chalecos Amarillos, pandemia o elecciones a la presidencia de los Estados Unidos del 2016, para poner sólo tres ejemplos). "La eficacia está siendo baja porque|para que, para que esta desinformación dé impresión, es necesaria una polarización de la sociedad, que es lo que convierte en virales estas falsas alarmas", sigue explicando López-Borrull.

Además, los aliados de Putin le dan la espalda. Durante años, el presidente ruso tejió numerosos lazos con la ultraderecha europea, no obstante, la mayoría de estos líderes "han ido blanqueando y disimulando aquellos lazos", explica López-Borrull. Otro apoyo con el cual contaba era China, que de momento no ha respondido como Rusia esperaba, y también el de la misma ciudadanía rusa. "Putin sólo será considerado un héroe en su país si consigue doblegar a la OTAN más que Ucrania, pero no fuera de sus fronteras. Y dentro podría acabar siendo un villano si sus ciudadanos empiezan a sufrir penurias", explica Alberto Quian.

Según el organismo independiente pro derechos humanos OVD-Info, son más de 15.000 los ciudadanos rusos detenidos por protestar contra la guerra, y explica que la censura y la represión se han endurecido desde que empezó el ataque. "Putin no fue capaz de controlar este elemento: dijo que quería desnazificar Ucrania. Dijo incluso que Zelenski había huido del país. Quería bajar la moral de las tropas, pero en el campo de la información no ha conseguido su propósito", expone López. "El relato completo sobre Zelenski ya se ha escrito, al menos en Occidente: si resiste, será declarado un héroe nacional y de las democracias occidentales; si es derribado o muere, será mártir nacional y, por lo tanto, también un héroe", comenta Quian.

Una otra vez contra Rusia fue el anuncio de sanciones de la Unión Europea contra Sputnik y Russia Today, agencia de información y cadena de televisión rusas, respectivamente. Ambos medios dejaron de emitir para Europa y sus cuentas en redes sociales quedaban suspendidas. Y, como indica Alberto Quian, "las redes sociales son uno excelente canal para la desinformación, que forma parte de las clásicas estrategias propagandísticas, más en tiempo de guerra". El último vehículo potencialmente propagandístico de Rusia se desconectaba de Occidente.

A Rusia le ha quedado, con este escenario, poco territorio para convencer a los occidentales de los motivos de su invasión. Como comenta Quian, hay un frente más, el de la ciberguerra, "donde|dónde se intenta controlar, destruir o intervenir las redes de información", pero este frente se escapa al ciudadano común.

La verificación de los datos o fact-checking es otro de los elementos valiosos con los cuales cuenta esta guerra. Por una parte, los reporteros están cubriendo una información que no solamente presencian, sino que, como|cómo recuerda a Alexandre López-Borrull "verifican antes de informar", hecho que saca fuerza a los pescaclics (clickbaits) y la concede al periodismo de confianza. Por otra parte, existe lo que se conoce como inteligencia de fuentes abiertas, es decir, datos accesibles para cualquier persona disponibles en múltiples fuentes, desde documentos de organismos oficiales hasta medios de comunicación, pasando por testimonios gráficos, lo cual hace que muchos de los elementos propagandísticos puedan ser inmediatamente desmentidos.

¿Cómo nos podemos proteger de la desinformación?

López-Borrull y Diego Redolar, profesor de Neurociencia en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, explican cómo nos podemos enfrentar a la información que nos llega del conflicto.

  • Seguir a periodistas en las redes sociales, mejor que ciertas etiquetas, nos dará una visión más veraz
  • Ampliar el número y la línea editorial de medios a los cuales seguimos habitualmente es vital para tener una visión más completa en lugar de buscar el sesgo de confirmación
  • No hacer virales ciertas imágenes cuyo origen desconocemos, sea por respeto a posibles víctimas o para no poder comprobar su veracidad, ya que compartir información no contrastada contribuye expandir falsas alarmas, y huir de los pescaclics eliminará tanto la desinformación como la ansiedad que puedan provocar ciertas noticias.
  • Consultar las noticias relativas a la guerra una vez al día, sin saturarse. El exceso de información aumenta la percepción de falta de control. Porque en este conflicto, a la desinformación y la propaganda se une lo que la OMS denominó infodèmia, eso es, exceso de información (veraz o no) sobre un tema concreto. Ya se vivió en los peores momentos de la pandemia y la historia se repite. Y si la desinformación nos desprotege como ciudadanos, la sobreinformación ataca nuestra salud mental.
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