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El acné se define como un proceso inflamatorio que afecta a la unidad pilo-sebácea: hay un aumento en la producción de grasa que tapona el folículo (es decir, la pequeña cavidad en la que crece un pelo), y sobre ellos aparecen los característicos granos. El acné está relacionado con múltiples elementos, además de la edad. Entre los principales factores de riesgo se encuentran el sobrepeso y la obesidad, los antecedentes familiares y ciertos tipos de piel. Así lo afirma un estudio publicado hace dos años por la revista ‘Nature’.

Un trabajo publicado por investigadores de la Universidad de Catania, en Italia, muestra que si bien siguen siendo necesarios más estudios para elucidar las causas específicas, existen “varios factores dietéticos asociados con el acné”, así como otros que tienen capacidades “protectoras” contra este mal. 

Entre los alimentos más perjudiciales, se encuentran

  • Productos con elevado índice glucémico, los que con mayor rapidez aumentan el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre: pan blanco, puré de patatas, zanahorias cocidas, miel, cereales procesados y arroz blanco, por ejemplo. 
  • Alimentos con carga glucémica más alta que contienen hidratos de carbono:  pasas, las galletas de trigo no integrales y los macarrones.
  • Los lácteos constituyen otro grupo de alimentos que elevan el riesgo, ya que son ricos en estrógenos, andrógenos, IGF-1 (una hormona que regula los efectos de la hormona del crecimiento) y hormona del crecimiento bovino. 
  • El chocolate es otro de los productos que pueden causar -o empeorar- el acné. 
  • Las grasas saturadas derivadas del exceso de comida rápida, frituras y carnes rojas también son perjudiciales en relación con el acné.

Si la dieta tiene un alto contenido de esos grupos de alimentos -y también otros como bebidas azucaradas o energéticas-, se genera en el organismo un exceso de insulina que propicia el acné. Además, por supuesto, del aumento de peso (como ya se ha mencionado, factor de riesgo del acné), inflamación y la aparición de diabetes.

En el extremo opuesto -para prevenir o al menos para reducir el riesgo de acné- se encuentran, varios de los productos típicos de la dieta mediterránea:

  • Verduras de hoja y frutas enteras.
  • Productos que incluyen ácidos grasos omega, desde vegetales como aguacate, nueces y semillas de lino.
  • Pescados azules, como el atún, la caballa y el salmón.
  • Alimentos ricos en fibra como cereales integrales

En definitiva, la dieta en general aconsejada como la más saludable es también la más beneficiosa en relación con el acné.

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