Bellpuig revive su mayor tradición

Bellpuig abrió ayer los actos de la Semana Santa en Lleida con la magna procesión penitencial dels Dolors, que recuperó su máximo esplendor tras dos años de mínimos por la pandemia de la Covid. Se trata de una de las celebraciones más íntimas y tradicionales de este municipio del Urgell que destaca por su silencio y solemnidad. Las calles del centro, que se llenaron de visitantes, volvieron a ambientarse con la luz cálida de las velas que reseguían el itinerario.

Como es habitual, la procesión, que empezó en la iglesia de Sant Nicolau, estuvo presidida por los seis pasos engalanados con las mejores flores (la Oración, el Nazareno, el Encuentro, el Calvario, la Piedad y el de la Mare de Déu dels Dolors) acompañados de los Armats, que en esta ocasión la colla invitada era la de Manresa; los Capellanets; las Blanquetes; los Improperis; los Penitents, la mayoría descalzos y caminando de espalda, y los Priors, honor que este año recayó en Llorenç Fabregat y Maria Àngels Solé, acompañados por Toni Fabregat y Marc Fabregat (Discrets) y Apol·lònia Xinxó y Maria Mercè Torres (Discretes). El montaje involucró a unas 300 personas y en esta ocasión la procesión hizo el recorrido largo por las calles de la parte alta de la localidad: la Creu, Sant Josep, Homenatge a la Vellesa, plaza Sant Roc, plaza Ramon Bertran, plaza Ramon Folch, Valeri Serra, Sant Josep y Verge dels Dolors. La presidenta de la Congregació dels Dolors, Beneta Santiveri, destacó que “esta edición de la procesión nos hacía mucha ilusión y esperábamos la fiesta con mucha alegría tras estos dos años inusuales”.

Si bien la procesión fue el acto más multitudinario, la fiesta dels Dolors empezó por la mañana con una misa en la capilla dels Dolors a la que siguió una misa solemne de mediodía celebrada por el flamante obispo de Solsona, Francesc Conesa, que también presidió la procesión. Por la tarde, se celebró el rosario de los Set Dolors y el repique de campanas.

Las procesiones vuelven a las calles leridanas dos años después

Este fin de semana comienza la Semana Santa y, con ella, las procesiones vuelven a las calles tras dos años sin poder salir por la pandemia.

Mañana, a las 11.30, arrancará en la ciudad de Lleida con la procesión de las palmas en la parroquia del Santíssim Salvador de Pardinyes, donde también tendrá lugar la bendición del paso de La Somereta que recorrerá Pardinyes. Por la tarde, 19.30, la procesión penitencial de la Verge dels Dolors saldrá junto a los Armats de la Sang por el Eix Comercial. Una de las novedades será el reencuentro entre el Natzarè y la Mare de Déu dels Dolors.

Por otro lado, más de 200 personas se reunirán en Bossòst para llevar los pasos del Viernes Santo, 15 de abril, y el Domingo de Resurrección, 17 de abril. Las procesiones de Bossòst son las únicas que se conservan en la Vall d’Aran.