Cómo gastar menos gasolina en los trayectos de Semana Santa
Empiezan las vacaciones de Semana Santa y con ellas los trayectos en coche hasta nuestros destinos. Tras dos años con limitaciones en los desplazamientos, volvemos a una cierta normalidad en las carreteras, aunque ahora nos enfrentamos a unos precios de los combustibles por las nubes. En muchos casos, los coches han estado parados, por lo que es conveniente la revisión de algunos puntos esenciales, como los neumáticos.
Un buen estado de los neumáticos es clave para un consumo de gasolina menor. Primero, será necesario comprobar que lleven el nivel de presión correcto. Aquellos que están bajos de presión ponen en peligro la seguridad activa del vehículo, disminuyendo la capacidad para frenar y maniobrar con seguridad, dando lugar a pérdidas de control del vehículo. Además, aumentan el consumo de combustible y se desgastan más rápidamente. Es necesario recordar que la presión de los neumáticos se debe comprobar siempre en frío.
El siguiente paso debe ser la comprobación de la profundidad del dibujo de la banda de rodadura, cuyo mínimo legal es de 1,6 mm. La forma más fácil de determinarla es mediante el uso de un medidor especial o del indicador de desgaste incorporado a los neumáticos. Si los testigos de desgaste, que son unas pequeñas marcas perpendiculares al sentido de la marcha, están al nivel del dibujo, es el momento de cambiarlos. Como truco, basta con insertar una moneda de un euro en la banda y si se puede ver el borde amarillo, es hora de un cambio.
Así pues, un buen mantenimiento de los neumáticos es esencial para reducir el consumo de combustible. Aun así, hay otros consejos a recordar cuando viajamos durante las vacaciones: apagar el motor en las paradas largas si el vehículo no dispone de sistema start-stop; usar el freno-motor siempre que sea posible, ya que de este modo, se reduce el consumo del vehículo hasta un 2%, ya que al soltar el acelerador, el combustible prácticamente se detiene, mantener las revoluciones controladas, es decir, sin acelerones, no sobrecargar innecesariamente el vehículo, cambiar el filtro del aire y no circular con elementos que perjudiquen la aerodinámica del vehículo, tales como bacas por ejemplo, o circular con las ventanillas o el techo abierto, porque con ello se incrementa la resistencia al aire, provocando un incremento de consumo.