¿Que es mejor para el coche? ¿Pistola o túnel de lavado?
El lavado a presión para el coche es el sistema más económico y eficaz. Es prácticamente inocuo para la pintura del vehículo, permite incidir sobre la suciedad persistente de la carrocería y limpiar los bajos y los pasos de rueda, unas zonas que no son accesibles para el túnel de lavado. No obstante, si la carrocería del vehículo está en mal estado, la presión del agua podría hacer saltar los restos de pintura deteriorados. Para evitar esto, hay situar la manguera a una distancia mayor a la que se suele colocar normalmente.
Para obtener un resultado excelente, los expertos aconsejan que antes de utilizar la manguera a presión habría que aplicar en las zonas más sucias un producto específico para cada tipo de mancha: excrementos, insectos, resinas, etc., además de un producto específico para las llantas. En cuanto al cuidado y limpieza de los cristales, lo más recomendable es lavar la parte exterior de los cristales con un limpiacristales corriente y la interior con un producto específico que no deje rastro translúcido.
Lavar el coche en un túnel de lavado es la opción más cómoda (aunque más cara), ya que tan sólo hay que colocar el vehículo en la posición indicada, introducir unas monedas y dejar que la máquina actue. No obstante, los rodillos que entran en contacto directo con la carrocería para eliminar la suciedad pueden terminar dañando superficialmente la pintura del automóvil, dejando unas pequeñas marcas que erosionan la capa exterior de la pintura y que se ven especialmente bajo la luz directa del sol.
Actualmente, la gran mayoría de los rodillos de los túneles de lavado están compuestos por polietileno, un material parecido a las fibras textiles, de modo que si están coordinadas con el riego adecuado, no tienen por qué suponer un peligro para la pintura de la carrocería. Sin embargo, los desperfectos pueden aparecer por otros motivos como, por ejemplo, restos de arena que al ser arrastrados ocasionan arañazos en la carrocería. Por este motivo se recomienda hacer un prelavado del coche para eliminar restos de arena, piedras, barro... antes de introducirlo en el túnel de lavado, ya que de este modo la suciedad estará lo suficientemente blanda y no supondrá un problema.
Otro factor a tener en cuenta es que el secado del coche es tan importante como el lavado para obtener un buen acabado. En los autolavados el proceso de secado es el ideal, mediante una corriente de aire a alta velocidad que no genera ningún rozamiento peligroso con la pintura. Al secar el coche a mano hay que usar una gamuza de buena calidad y enjuagarla con frecuencia para evitar que la suciedad que se deposita en ella pueda rayar la pintura.
A la hora de elegir el tipo de lavado hay que tener en cuenta que el lavado a presión es menos agresivo para la pintura del coche, pero que elimina con más dificultad la suciedad profunda y exige un esfuerzo mayor. Por contra, el túnel de lavado aporta una mayor comodidad y el acabado que permite es superior. Sin embargo, suele ser más caro y puede ocasionar arañazos o pequeños desperfectos en la carrocería.