Cincuenta campaneros llenan Os de repiques y estrenan uno por el catalán

La edición número 34 de la Trobada de Campaners de Os de Balaguer recuperó ayer el esplendor de antes de la pandemia, con la participación de medio centenar de campaneros de diferentes puntos de Catalunya y el resto del Estado, y centenares de visitantes. El año pasado solo pudieron acudir campaneros de La Noguera a causa del confinamiento comarcal por la Covid y en 2020 no se pudo celebrar.

La alcaldesa de la localidad, Estefania Rufach, se mostró satisfecha de haber podido volver a la “normalidad” y destacó también el éxito de la feria de artesanía y productos de proximidad, con 40 paradas, y de la comida popular, que prepararon para 300 personas. Este encuentro, organizado por el ayuntamiento de Os de Balaguer y la Confradía de Campaneros de Catalunya, tiene como objetivo reivindicar el oficio de campanero y sus diversos tipos de repiques. A juzgar por la participación de jóvenes, el futuro parece asegurado.

Francesc Goixart, que pese a su juventud lleva años dedicándose a los toques de campana, afirmó que ver el relevo resulta “una esperanza para el mundo campanero”. Sin duda uno de los participantes más jóvenes fue Lot Roger, de solo 12 años y de Tarragona, que tocó emocionado acompañado de su madre, que también es campanera. Cada año dedican un toque especial al mediodía a una causa que consideran justa y esta vez fue la defensa de la lengua y la escuela en catalán, para mostrar su rechazo a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que impone un 25% de clases en castellano.

Varios jóvenes leyeron un manifiesto que asegura que “el aparato represor del Estado, en sus múltiples formas togadas, nos obliga hoy a reafirmar nuestro compromiso indefectible e inquebrantable con la lengua y el modelo de escuela catalana. Y lo hacemos con el lenguaje universal de las campanas”. “Cuanto más fuerte sea la represión, más fuertes sonarán nuestros campanarios, ¡¡porque nadie nos hará callar!!”, concluye.Al encuentro de campaneros asistieron el presidente de la Diputación, Joan Talarn, y la diputada al Parlament Meritxell Serret.