Tremp fue uno de los principales centros curtidores de Catalunya en la Edad Media
El Consejo Comarcal del Pallars Jussà ha rehabilitado el espacio donde están las balsas que se utilizaban para tratar la piel
En la Edad Media Tremp fue uno de los principales centros curtidores de Catalunya con ocho centros documentados. La capital del Pallars Jussà concentró la actividad de transformación de la piel en cuero en el arrabal de las Adoberies, donde el barranco de la Font Vella abastecía del agua necesaria. A partir del siglo XIX empezó su declive hasta acabar cerrando. Ahora el Consejo Comarcal del Pallars Jussà ha rehabilitado una para dar a conocer este espacio y esta historia de la ciudad. Las obras han consistido en la consolidación del edificio, haciendo visitable la planta baja donde se encontraban las balsas con que se utilizaban para tratar la piel.
En este espacio durante las obras quedaron al descubierto varias balsas más en que también se han rehabilitado y que ahora formarán parte del conjunto. Se prevé que este verano el espacio ya se pueda visitar.
la curtiduría de la piel
La ganadería es una de las actividades con más tradición en el Pallars. Además de la carne, la leche y la lana, históricamente también se ha aprovechado la piel del ganado. Las pieles llegaban a la curtiduría en crudo, directamente del matadero, pero si venían de lejos estaban conservadas en sal. Las primeras tareas consistían en hidratar las pieles y sacarlos el pelo y los restos de carne. Acto seguido, se sumergían durante meses con productos que los daban dureza y resistencia. Todos estos procesos exigían mucha agua, por eso se hacían en la parte baja.
En pisos superiores (secaderos) había que eliminar el agua sobrante de las pieles. Primero se extendían y después se allanaban y recortaban. Finalmente, se engordaban para darles lustre e impermeabilizarlas, y se teñían si era necesario.
La primera planta de este edificio se ha convertido en un mirador que queda conectado a la ciudad mediante una calle empedrada que ha sido también recuperado. Los trabajos han incluido las tareas de investigación y redacción de un estudio histórico por parte de arqueólogos que han servido de base para la señalización del lugar.
Estos estudios han permitido documentar a lo largo del barranco de la Font Vella otras actividades que se llevaban a término como un matadero, una destilería, hornos de harina, un obrador de tinte y hasta ocho curtidurías, de las cuales se ha podido recuperar la que probablemente fue la más importante. Esta acción realizada por el Consejo Comarcal, con un presupuesto de 147.000 euros, se incluye dentro del proyecto 'Valorización del Patrimonio Cultural y Natural para la dinamización turística del Pallars Jussà' y están cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, la Diputación de Lleida y el Ayuntamiento de Tremp.
Dos balsas donde se lavaban las pieles en una de las curtidurías de Tremp.
