ESNOTICIA
El Aplec vuelve con fuerza
Los Camps Elisis vuelven a llenarse de peñistas, con ganas acumuladas de fiesta después de tres años || El encuentro que nació en 1980 en el 'Xoperal' ha multiplicado por 40 los participantes
Tres años después, los Camps Elisis se han vuelto a convertir en una pequeña ciudad efímera con 13.500 habitantes y sus 106 casas. Todos ellos tienen ganas acumuladas de un Aplec del Caragol que, más allá de una fiesta gastronómica de referencia, es un punto de encuentro para amigos y familiares que en algunas ocasiones no se han visto desde 2019 y ahora, durante tres días, vuelven a reunirse alrededor de la mesa para degustar uno de los productos más emblemáticos de la cocina leridana. Cuesta creer que el que se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas con cocineros y grupos de música contratados, comenzó hace más de cuatro décadas como una fiesta improvisada en el Xoperal de Cappont.
La celebración vio la luz en 1980 en el marco de las Festes de Maig después de que la Paeria reuniera en un mismo lugar dos iniciativas: un concurso encargado al hostelero Antoni Costa con un grupo de restauradores y la propuesta de Manolo Calpe de hacer una comida a la orilla del Segre y que supuso el nacimiento de la primera colla del Aplec, L’Ordre del Caragol. El que a día de hoy es el responsable de esta colla mare, Josep Maria Valls, no ha faltado a ninguna de las ediciones de esta fiesta que es una muestra de la vertiginosa evolución que ha vivido la sociedad leridana estas cuatro últimas décadas. “Todo comenzó como un encuentro entre amigos muy primitivo.
Cada grupo trajo lo que necesitaba para comer al lado del río y los más ‘privilegiados’ tenían cajas de fruta para sentarse o algún plafón que utilizaban como mesa”, recuerda Valls, que explica que no fue fácil organizar aquel primer Aplec, porque “hacía poco que habíamos salido de la dictadura y todavía no era tan sencillo organizar una reunión masiva por un tema lúdico”. Aun así, la primera edición contó con 18 colles, 300 peñistas y 4.000 visitantes, según la historia narrada por la Fecoll. No fue hasta 1993 cuando se hizo el gran salto a los Camps Elisis. “Ha cambiado tanto...Hemos pasado de la nada a tener muchas comodidades”, asegura el cap de colla de L’Ordre del Caragol, que augura que “la fiesta tiene mucha vida por delante, con relevo generacional asegurado”.