Las carmelitas misioneras dejan Lleida
Las cinco hermanas de esta pequeña comunidad llegaron hace 74 años para atender la clínica La Alianza || La falta de relieve provoca otros cierres como el de los franciscanos
Las hermanas carmelitas misioneras han dejado la ciudad de Lleida después de setenta y cuatro años de servicio por falta de relevo. Carles Sanmartín, de la unidad parroquial de Pilar-Magdalena, a la cual estaban ahora vinculadas las cinco hermanas de la orden, explicó ayer a este diario que hace semanas que dejaron los servicios que hacían en la comunidad y que la decisión se ha tomado desde la orden “por falta de relevo”.
Según Sanmartín, “desgraciadamente nos estamos encontrando cada vez más con casos de este tipo por la falta de vocación en Occidente”. De las cinco hermanas, tres ya no hacían ninguna actividad por su avanzada edad, y las otras dos, de entre 75 y 80 años, serán destinadas a otras comunidades de Ibiza y Barcelona. “Estaban muy vinculadas a nuestra comunidad y colaboraban con la liturgia y la catequesis”, explicó.
Las hermanas carmelitas misioneras llegaron a Lleida en 1948 para hacer una tarea sanitaria en la Clínica La Alianza y desde entonces han pasado diferentes hermanas por la ciudad y durante un periodo de tiempo existieron dos comunidades. Después de la decisión de abandonar Lleida por falta de relevo, Sanmartín envió una carta a la superiora para dar las gracias a la congregación por “toda la decisión y esfuerzo en la comunidad”. Durante los últimos meses se ha conocido el cese de otras comunidades religiosas, algunas de las cuales centenarias en las comarcas leridanas.
A finales de verano, los frailes franciscanos (Frarets) dejarán la ciudad después de ocho siglos por la falta de vocaciones, de manera que cerrará tanto el convento como la iglesia santuario de Sant Antoni de Padua de la calle Vila Antònia. De los cuatro frailes de Lleida, dos se trasladarán a Barcelona y dos más, a Albacete.
Asimismo, la congregación Missioneres Filles del Cor de Maria dejarán el próximo mes de julio la atención en la Residencia Nostra Senyora de Ribera de la Pobla de Segur después de 104 años de presencia en la localidad del Pallars Jussà, y las dos monjas que quedaban serán destinadas a otras ciudades.